El triguero (Miliaria calandra) repite incansable su canto desde un arbusto, un poste a la copa de un árbol.
Impensable que no sea escuchado por las hembras con ese retumbar que muchos definen como pequeñas motosierras. Un canto en estrofa repetitiva, metálica y breve, cuyo tono suele va aumentando para finalizarlo con un fuerte chirrido.
El triguero es un ave pequeña de entre 16 y 19 cm. Su plumaje pardo puede confundirnos.
Si tenemos que dar una característica para su identificación sería la de sin rasgos característicos.
Y si aún nos fuerzan a decir algo más, podríamos hablar de un cruce entre un gorrión y una alondra.
No hay diferencias notables entre macho y hembra.
El hábitat preferido de los trigueros son los grandes campos de cultivo, y zonas de campo abiertas donde pueda encontrar alimento, y algo de vegetación que le ayude a esconder su nido.
Le sorprendemos (mejor decir que nos permite acercarnos) mientras emite sus cantos.
Mientras canta podemos ver el “diente” característico en la mandíbula superior, que utiliza para sujetar los granos y poder descascarillarlos mejor.
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