Las espectaculares montañas de Riaño vistas desde el Camino de la Zapatería. |
24/10/2021
El buen tiempo parece asentado y los pronósticos nos hacen creer que el otoño será una prolongación del verano.
Los bosques se resisten a vestirse de otoño. El suelo esta seco, las hojas -en su mayoría verdes- se niegan a desprenderse de las ramas y la temperatura (salvo el inicio de la mañana) se muestra deliciosamente veraniega.
Con esas guisas, si queremos buscar algún atisbo de otoño será preciso subir hasta los bosques de altura.
Que mejor lugar que el Camino de la Zapatería (entre el collado Cerezales y la collada de Lois) bajo el Pico Lázaro y sobre el apabullante valle de Llorada.
Para ello, es preciso recorrer el estrecho valle de río Dueñas y dejar atrás las poblaciones de Salamón y Ciguera antes de entrar en Lois.
Aparcas, levantas la cabeza y ante lo desmesurado de su iglesia, no puedes menos que preguntarte cómo ha sido posible meter una iglesia tan grande (la Catedral de la Montaña) por un camino tan estrecho.
Un cielo totalmente despejado y una potente luz que nos ciega cuando salimos de Lois, mientras caminamos por el robledal camino del collado de los Cerezales y en definitiva durante toda la jornada.
El Camino de la Zapatería ha sido desbrozado y resulta mucho más sencillo seguirlo. Pero sus colores no son los que buscábamos. El bosque está seco y la mortífera luz acrecienta una la sensación de arbolado marchito.
Aún así, el Camino de la Zapatería nos brinda unas de las mejores vistas hacia las montañas de Riaño.
Llorada, tanto el hayedo situado en la cabecera del valle cono el propio valle, también lo están.
Incluso el arroyo de Llorada, el que acompaña al camino que nos devuelve a Lois, aparece más seco que la mojama.
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