Pico Pardal y Monasterio de San Guillermo desde Fuentes de Peñacorada

Sobre las ruinas del monasterio de San Guillermo

 

14/11/2021

La misma soledad y el mismo silencio que disfrutaría Guillermo hace más de setecientos años.

Sobre las ruinas del monasterio de San Guillermo y viendo como el inmenso robledal que se extiende por el valle de Valdetuejar se iba incendiando, quise sentir la paz interior que estos eremitas, huidos de la dominación musulmana, buscaban a la sombra de Peñacorada.

Transito entre la Meseta y las estribaciones de la Cordillera, el pequeño macizo de Peñacorada guarda los restos de antiguas culturas que recorrieron estos montes en busca de refugio, como los eremitas de San Guillermo, de comunicación, como las legiones romanas en su intento para unir los valles del Cea con el del Esla, o como los Vanidienses en su búsqueda de un lugar que les brindara refugio (Pico Pardal) ante la llegada de otros grupos atacantes.

Fuentes de Peñacorada, pueblo de montaña por excelencia es el punto de inicio de nuestra ruta hacia el Pico Pardal. 

Siguiendo la huella de las legiones hasta el desvío que nos mete en el pequeño y estrecho valle por donde corre el arroyo Cuenjas, que remontamos hasta hollar la cima del Pico Pardal.

Protegido en su mayoría por cantiles, la amesetada cima se muestra como un increíble mirador hacia las cumbres que rodean a Ocejo de la Peña (Los Moros, La Rionda, Pico Cerroso y Campriondo), hacia el Valle del Hambre con el Espigüete y el Curavacas cerrando el cuadro y hacia la cercana Peñacorada.

Hacia esa cima encaminamos nuestros pasos, al collado de El Campurrial, desde donde bordeando la ladera accedemos al valle de Valdetuejar en busca de los senderos que nos llevan a las ruinas del monasterio de San Guillermo.

La comunidad de eremitas disponía de las aguas de un recién nacido arroyo Valdelis para cubrir sus necesidades y las de sus huertos y a la sombra del Peñacorada levantó los muros de un monasterio que hoy, sus ruinas, en silencio, hablan de su historia de vidas y sueños pasados.



Fuentes de Peñacorada.
La ladera de Peñacorada guarda cientos (400 ó 500) de pequeñas ejemplares de tejos. 
Siguiendo la huella de las legiones romanas.
Tras Peñacorada el grupo de cimas entre las que se encuentra la Peña el Castro y el Peñón (con otro asentamiento Vanidiense),
Estos romanos construían a conciencia sus caminos. 
Por el valle del arroyo Cuenjas hacia el Pico Pardal (el del fondo).
La vecina Peña Vila vista desde el valle.
Y el Pico Pardal.
Peña Vila.
Un aljibe en la amesetada cima del Pico Pardal.
Vistas hacia Peña Vila y Peñacorada.
Hacia el valle de Valdetuejar.
El Espi y el Curavacas.
Hacia las montañas de Ocejo.
Los Moros y Peña Rionda.
Sobre la cima norte del Pico Pardal.
En la cima sur.


Atravesando un hayedo de camino hacia El Campurrial.



Muy cerca del collado.
La ladera norte de Peñacorada.
Con grandes ejemplares de roble.

La otoñada de los robles.
Peña Vila.
De nuevo el Espi y el Curavacas.
El lugar donde San Guillermo y sus colegas levantaron su lugar de recogimiento.
Sobre las ruinas del monasterio de San Guillermo.
La vuelta.


El otoño.





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