12/12/2020
Volvemos a la Montaña Palentina, al Parque Natural de Fuentes Carrionas, Fuente de Cobre-Montaña Palentina y en concreto a la Tejeda de Tosande.
Ya son unas cuantas las veces que hemos recorrido los caminos que llevan hasta uno de los mayores bosques de tejos de la Península.
Situados en la ladera norte de la Peña Cantoral e incrustados en un magnífico hayedo, los tejos de Tosande han perdurado en el tiempo hasta convertirse en ejemplares casi milenarios.
El tejo suele aparecer como árboles aislados o dispersos dentro de bosques de frondosas y es difícil encontrarlos agrupados formando tejedas como la de Tosande donde en un pequeño espacio se localizan casi ochocientos ejemplares.
Por supuesto no veremos los ochocientos. El circuito de la Tejera de Tosande discurre por una pasarela de madera, habilitada para evitar que pisemos los brotes, y que en la zona de mayor cantidad de tejos realiza un bucle antes de acceder al mirador, pasando por un gran número de ejemplares.
Pero antes de caminar por la tejeda, será preciso dejar el coche en el aparcamiento habilitado en las proximidades de Dehesa de Montejo (el pueblo queda apartado de la carretera) y recorrer el trayecto que nos separa hasta las praderas de Tronisco.
Entre praderas, bosques de robles, un estrechamiento rocoso, nuevos bosques de robles y de encinas, llegamos sin salvar apenas desnivel hasta las praderas de Tronisco, donde las altas cumbres de Peña Redonda y Brañosera cierran el circo y los bosques cubren sus laderas, formando un cuadro formidable.
Nos encontramos a 1200 metros y la tejeda está a unos 1400. Esos 200 metros de desnivel son los que ahora afrontamos sin descanso, ayudados por infinidad de peldaños de madera, por un hayedo invernal que nos permite ver, sin velar con sus hojas, cualquier tejo que aparezca a nuestro alrededor.
Es conveniente volver a los sitios para realmente darse cuenta de lo que son. En este caso de la magnitud de la Tejeda de Tosande, con el gran número de árboles que encontramos a nuestro paso, así como del tamaño de estos (por supuesto los comparamos con el Bosque del Tejedelo que pudimos recorrer hace unas semanas).
El mirador es otro punto "caliente" en esta ruta. Nos permite situar donde está ubicado Tosande, entre la llanura (de la que provenimos) y entre altas cimas de la Montaña Palentina.
Un descenso alocado (sin problema) nos lleva por un hayedo plagado de corros de acebos hasta la cuenca del arroyo Tosande, donde volvemos a encontrarnos con nuestro camino de subida.
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