Peña el Castro y el Peñón desde La Ercina

 

En la cima de la Peña del Castro


20/12/2020

Cuando nos aupamos en la cima de la Peña del Castro nos damos cuenta del acierto que tuvieron los pobladores vanidienses al elegir las laderas de este monte para su asentamiento.

Hace dos mil años estas tribus cántabras poblaban estos lugares antes que fueran expulsadas por las legiones romanas. Un espacio a medio camino entre la desprotegida llanura y la dura y fría montaña, con suficientes praderías para cultivar la tierra, pastorear sus ganados y con accidentes geográficos que les protegieran de los ataques de otras tribus.

Hoy, en el yacimiento de la Peña del Castro podemos ver dos cinturones de muralla y en su interior tres círculos perfectamente diferenciados donde se encontrarían las viviendas.

La Ercina nos recibe con unos cuantos grados bajo cero que han dejado un paisaje blanco. 

Hemos aparcado en la parte alta del pueblo y recorremos por una estrecha carretera los pocos kilómetros que nos separan de Oceja de Valdellorna donde cambiamos el asfalto por un viejo camino minero que nos acerca hasta las Casetas de Oceja donde entramos en un monte de roble.

Un terreno montaraz, que va recuperándose de los zarpazos mineros y que asciende pausadamente hacia la meseta donde se sitúan las cumbres de la Peña del Castro y el Peñón.

Abordamos la Peña del Castro evitando sus verticales paredones y descubrimos las espléndidas vistas que ofrece su cima, además del amplio valle entre esta y el Peñón.

Descendemos por su ladera suroeste hacia el yacimiento, antes de afrontar la segunda cima.

El Peñón nos ofrece mejores vistas hacia el norte y en especial hacia los robledales que rodean al alto de La Camperona.

Toca descender, por terreno sencillo que nos lleva hacia la pista que por La Hoz (un pequeño estrechamiento) nos devuelve a La Ercina.  





Los cinco bajo cero se notan.
Por las calles de Oceja de Vadellorma

Un recorrido montaraz.
Peña del Castro.
Entramos por la canal intermedia.
Vista atrás.
Los desplomes de la Peña del Castro.
Soto de robles y las cumbres de las montañas de Ocejo de la Peña.
Panorámica.
Con más detalle; Pico Roscas, Pico Cerroso (en segundo plano), Peña Rionda y Los Moros.
El Espigüete.
Otra panorámica.
El Peñón y el valle entre montes.
Abordando la cima.
Cima de Peña del Castro.
No puedo menos que pensar en los riñones del que subió esa bola.
Cásual.
El emplazamiento del yacimiento vanidiense.
Yacimiento vanidiense.


Detalle del muro defensivo.
Vista atrás, la Peña del Castro.
Ahora hacia el Peñón (entre encinas).


Buzón de cumbre de el Peñón.
Vistas hacia el norte, con el valle donde se asientan Llama, Grandoso y Voznuevo.
Mirando a la Peña del Castro.
Si forzamos la vista podemos vislumbrar bajo la Rionda la mancha del tejo de Borbonejo.
Más Espi.
Un poljé donde los vanidienses podrían pastorear sus rebaños.
La Hoz.

Otra mañana por la Peña del Castro




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