Rusia día 6, San Petersburgo: Hermitage



14/05/2019
Qué puedes decir que no este dicho sobre el museo del Hermitage.

Nuestra guía nos comenta que alguien que quisiera ver al completo el Hermitage dedicando un minuto por cada obra, empleando 8 horas al día necesitaría un total de 11 años.

Por supuesto nosotros no veremos la colección de mas de tres millones de obras que albergada el museo en las tres o cuatro horas que pasaremos recorriendo sus pasillos, a la vez que luchábamos para no ser arroyados por las hordas de turistas chinos. Ni tres millones, ni tres mil, ni trescientas. Nosotros veremos las seleccionadas por nuestra guía.

Pero más que un cuadro, una escultura o un mobiliario, lo que llamó nuestra atención es la suntuosidad, el lujo extremo con el que vivían los zares rusos hasta la Revolución Rusa.

Porque el Hermitage no nació para ser un museo, el Hermitage era la residencia de los zares.

Para la mentalidad de la gente que vive en viviendas del tamaño de una caja de zapatos, recorrer esos pasillos infinitos y entrar en salones donde tu mascota podría perderse sin querer, es necesario recurrir a cualquier religión y darse cuenta que vivir de esa forma era pecar.

Con el grupo organizado no es preciso hacer cola para adquirir las entradas, ni controlar el mapa para saber por donde caminas. La guía nos abre el camino por el lujo, por salones donde la luz brilla sobre el dorado de sus innumerables piezas de arte, con techos decorados por florituras de todo tipo de los que cuelgan deslumbrantes lámparas y el espacio de esos habitáculos da un nuevo cariz de lo que es infinito.



































Edificio del Estado Mayor.


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