Cabezo de las Víboras (Morrón Blanco) por el barranco de Algezales

Panorámica desde el Cabezo de las Víboras


11/12/2021

Las minivacaciones murcianas tocaban fin; un día más para callejear por Cartajena, otro para volver a recorrer alguna silenciosa playa y un último para la ascensión a otro cabezo.

De la larga lista aún pendiente elegimos el Cabezo de las Víboras, una de las cimas de mayor altura en la Sierra de las Moreras que precipita su ladera sur de manera rápida y abrupta hacia el mar por las playas de la Bahía de Mazarrón, playas que recorrimos hace unos días visitando algunas de sus calas.

No entraremos por la playa, lo diseñamos desde la vertiente norte siguiendo un track que en circular hacía cima y descendía por el barranco de Algezares (la circular quedó en intento ya que después de pelear con la vegetación fue necesario volver hacia el barranco).

El rigen de la palabra Algezares la encontramos en el árabe que con sonido "alyesares" da sentido a los hornos de yeso y las pequeñas canteras que encontramos a mitad del barranco.

Próximos a Mazarrón, dejamos el coche en una explanada junto a la carretera y comenzamos la caminata hacia la Sierra de las Moreras.

El camino nos lleva hasta una plantación de olivos y prosigue a encajarse entre los contrafuertes de la sierra para entrar en el barranco de Algezares.

Un sendero recorre el barranco, buscando los mejores pasos entre un desordenado bosque de pinos, para desembocar en el collado de la Paridera.

A nuestra espalda han quedado los llanos de Mazarrón y ahora al frente (como siempre que tomamos altura en las montañas de la costa murciana) el mar brillando como una lámina de plata.

Ultimo esfuerzo para alzarnos al vértice del Cabezo de las Víboras, por un terreno rocoso y quebrado (que cae a plomo por la vertiente sur) y que obliga, de cuando en cuando, a poner mano entre alguna grieta, donde si el nombre del monte es correcto, una mordedura podría ser un problema.

Cima típica de montaña que se asoma al mar, de las que aún no llego a acostumbrarme y me hacen lanzar alguna exclamación cuando alcanzo su vértice.

El mar y nuevos cabezos como el de Cabo Cope allá por Águilas, o la Sierra del Algarrobo, o la de Almenara. Discretas alturas sobre un paisaje duro, áspero que ha sabido encandilarnos y logar que nos apasionemos por ellos.

Habrá que volver.


Hacia la Sierra de las Moreras.
Entrando en el barranco de Algezales
Vista atrás, Mazarrón y la Ensenada de Mazarrón.
Rectificando el camino y buscando la mejor manera de entrar al barranco de Algezares.

Antiguos hornos de yeso dentro del barranco.




Hacia el collado de la Paridera
Otro mar, en esta ocasión de plásticos.
El mar.
Los llanos de Mazarrón.
Ya se ve el canuto de la cima.
Se agrandan las vistas.
En todos los sentidos, la Bahía de Mazarrón.
Cima del Cabezo de las Víboras.

El Cabo Cope.
La vuelta.


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