Buzón de cumbre de Torre Bermeja |
Pared sur de Torre Santa |
3/09/2020
La soledad que reina a primera hora de la mañana en las calles de Posada dista mucho de lo que me encontraré a la vuelta cuando sus terrazas sean un hervidero de gente (y de coronavirus) y no me permita tomar una coca relajadamente.
Decía Lao-Tse que un viaje de mil millas comienza con un primer paso. No será mi ruta de mil millas, pero si sé, que la propuesta que llevo en el GPS me obligará dar unos cuantos miles de pasos y salvar unos miles de metros de desnivel. Un recorrido desde Posada de Valdeón hasta Cordiñanes y mirador del Tombo, donde comienzo el ascenso por la interminable canal de Capozo hasta Vegahuerta.
La primera parte de la canal de Capozo guarda el frescor de los bosques atlánticos y entre esta cúpula de hojas podré disfrutar de una gran variedad de árboles mientras transito por el pequeño sendero que me lleva hasta el paraje de La Farfada, punto donde el trayecto horizontal da paso a la estrecha traza que sube sin remisión dejando la cuenca del Cares en las profundidades.
Poco recuerdo de aquella vez (hace unos treinta y tantos años) que junto a Cruz y Manolo nos embarcamos en una ruta similar, sin más ayuda que el mapa de la Editorial Alpina y decidiendo al paso el camino que teníamos que seguir.
Hoy, cuando los avellanos quieren ocultar el sendero, no hago más que mirar el GPS, sin entender como pudimos llegar años atrás.
Con una gran dosis de paciencia y sudor dejo atrás la vegetación y entro en el mundo de la roca. Por un estrecho hacia los puertos de Cuba, donde el paisaje se vuelve apoteósico en el momento en que la pared sur de Torre Santa se perfila ante mis ojos.
La senda (apenas perceptible) sigue subiendo en busca un collado por el que accedo a Vega Huerta. Con su pequeño refugio y una fuente de la que mana el agua más fría del mundo, Vega Huerta es un oasis dentro de un mundo de roca, donde uno desearía tener tiempo para disfrutar el lugar.
Pero la ruta es larga y para comenzar el ascenso a Torre Bermeja, aún es necesario llegar hasta el alto de la collada del Burro. Por un trayecto singular, caótico, lunar y estupendo, avanzo en busca del sendero que recorre la Bermeja por su ladera norte, recordando que en nuestra anterior vez el trayecto entre los Moledizos y la Bermeja aparecía muy descarnado y roto.
Igual de roto apareció el trayecto paralelo, hasta alcanzar la arista y dar los últimos pasos de subida.
-Por fin!!!!
Un faro, donde la vista se pierde al sur sobre los bosques de Valdeón y hacia el norte un laberinto caótico de caliza del que se yerguen imponentes torres entre las que destaca la reina del macizo occidental: Torre Santa.
Relax, bocata, ultima foto, ultimo trago de agua y comienzo el descenso hacia la canal del Bufón. Un descenso interminable, en busca de las verdes praderías del collado de Pambuches, que me engaña como un espejismo y me regala una nueva pedrera por la Lleras de Pambuches antes de alcanzar la frondosidad en Pantivalles.
Posada es un jolgorio de veraneantes que consumen sus últimos días de vacaciones (o los primeros) y desde todas las terrazas (ocupadas) sale el murmullo de sus conversaciones que me invitan a abandonar el valle.
Conozco el itinerario y doy fe de que es una lechugada de las buenas. Al camino de Capozo le quedan cuatro telediarios como no le pongan remedio a los avellanos que amenazan con engullirlo. Y sobre Pambuches solo puede decir que es mala de subir, ...y peor de bajar.
ResponderEliminarPedazo ruta, Pepe. Enhorabueba
Si que es una ruta larga y si que el camino de Capozo tiene fecha de caducidad si no se frecuenta más.
EliminarMientras lo preparaba vi tu reportaje donde pasaste noche en Vega Huerta. Tú si que sabes elegir los sitios!!!
Un saludo Caleyeru.