La cima del Nevadín
El Chagunón
21/02/2020
Según me voy acercando a las Brañas de Cubacho, veo que la cima del Nevadín, haciendo honor a su nombre, aparece cubierta por un manto continuo de nieve en su ladera norte, a diferencia de las cimas de los alrededores que aparecen despejadas.
Y mientras asciendo, voy pensando en un cambio de planes sobre la marcha, ya que descender hacia la cuenca del Cubachin por esas laderas sin crampones y con una nieve dura como en granito, puede ser una temeridad.
He madrugado, como todos los días que me acerco hasta el Alto Sil, para sorprender las primeras luces del día por la revirada carretera que baja del puerto de la Magdalena y cruzar un Villablino, que despierta a una nueva jornada, camino de Rabanal de Arriba.
Rabanal de Arriba mira hacia el Miro, cuya cima ya recibe los primeros rayos de sol, mientras que el pueblo aún permanece a la sombra.
La pista hacia las Brañas de Cubacho sale detrás de la Ermita de las Candelas. Una pista apta para vehículos que en poco más de tres kilómetros (y 300 metros de desnivel) nos deja a la entrada de las brañas.
Desde las Brañas de Cubacho intento ganar la arista que une la cima de Peña Vendimia con el Cueto Nidio. Y lo consigo gracias a la existencia de un sendero que sale de la parte alta de las brañas.
En la arista las vistas comienzan a ser espléndidas y lo son más cuando alcanzo la cima de Peña Vendimia.
De Peña Vendimia hasta el Nevadín es terreno conocido y sé, que en seco, es un paso sencillo que ha de superar el castillón rocoso de Peña Grande. Con la nieve (con consistencia de hielo) he de ver, si la puedo ir sorteando (como lo hago) hasta alcanzar la cima del Nevadín.
En un collado intermedio veo la posibilidad de descender hasta la cubeta del Cubachín sin pisar nieve y sin enmaromarme con el matorral.
Así lo hago. Desciendo de la cima por mis pisadas hasta el collado intermedio y bajo sin problemas hasta la pradería donde se encuentra el Chagunón.
Dos lagunas y los restos de una antigua construcción, sobre una pradería encerrada por el circo que forman las cimas de Peña Vendimia, Peña Grande y el Nevadín, con una ventana abierta hacia la vecina cima del Miro Rabón.
La mañana había huido velozmente, el camino hacia las Brañas de Cubacho se abría bajo mis pies y no parecía presentar más problemas que el propio descenso, por lo que se terciaba parar y disfrutar el lugar, porque cuántos son los momentos de verdadera felicidad en una vida?
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Rabanal de Arriba.
Aparco junto a la fuente, el lugar con más espacio del pueblo. El Miro de Tejedo al frente.
La Ermita de las Candelas.
Y el inicio de la pista que nos lleva a las Brañas de Cubacho.
En un plano inferior, Babanal de Abajo, muy próximo a las aguas del embalse de las Rozas.
Impresionante la mole del Miro de Tejedo.
La ausencia de hojas, me permite ver la cascada de Pimpanon.
Vista atrás.
Y vista hacia delante, la cimas del Nevadín con nieve en sus ladera norte, por donde tendré que pasar si quiero descender siguiendo el arroyo de Cubachín.
Entrando en las Brañas de Cubacho.
Brañas de Cubacho.
Al frente el Miro Rabón, por donde caminé hace un par de días.
Hasta Cubacho he venido siguiendo el camino de la ruta de subida a Cueto Nidio. A partir de este punto, mi camino se separa en busca de la arista.
Ya en la arista, con un cercano Cueto Nidio (el de las antenas)
Estupendas vistas hacia la montaña de Babia.
Y las de Laciana.
Brañas de Vilforcos. Por ellas pase el día que hice una circular al Cueto Nidio.
Al punto de alcanzar la cima de Peña Vendimia se abren nuevas vistas hacia la montañas del sur.
Peña Vendimia.
Un excelente balcón hacia Braña Ronda.
El castillo rocoso (Peña Grande) que separa las cimas de Peña Vendimia y el Nevadín y por el que he de pasar para alcanzar la cima del Nevadín.
Es cuando descubro que desde este punto es posible acceder hasta la cubeta del Chagunón sin tener que pisar nieve y sin meterse por la maturranga (maturranga=vegetación cerrada que te jode las espinillas).
La estrechez de Peña Grande hace que puedas volar sobre el circo del Cubachín y el valle de Vivero
Cima del Nevadín.
Con el Miro Rabón en primer plano.
Retrocediendo para descender hacia el Chagunón.
Las praderías donde se asienta el Chagunón a vista de pájaro.
El Cueto Arbas a la izquierda y los restos de una explotación a cielo abierto.
Con el Miro Rabón reflejándose en sus aguas.
La otra laguna, por la que desagua el arroyo.
Descendiendo
con ambiente primaveral
junto al arroyo de Cubachín,hacia las Brañas de Cubacho.
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