17/03/2018
Dónde??? Dónde están las nieves de ayer???
Ultima salida del invierno. De este áspero invierno, que apenas nos ha permitido disfrutar de la nieve.
Marzo se retira sin darnos tregua. Un tiempo de locura que ha permitido que nuestros embalses se recuperen y tomen reservas, a la vez que las praderas de montaña adquieran su verdor característico.
No salgo en busca de cimas, me acerco hasta Lois para recorrer viejos caminos hacia el desaparecido Anciles, donde sus valles albergan desde la primavera pasada cuatro ejemplares de bisontes europeos y cinco búfalos de agua (que ya visité el pasado junio).
Aparte de si es un buen reclamo para dinamizar el turismo de la zona o es el delirio de alguna corporativa municipal, me apetecía ver la cara de los bisontes con pelaje de invierno.
Por ello parto desde Lois camino de la collada del mismo nombre, para desde esta, tomar dirección sur, pasar la collada de Anciles y entrar en el valle de Anciles.
No llegue a conocer Anciles en pie. Ahora veo, sobre un antiguo mapa, que no estaba tan separado de la carretera, aquella vieja y estrecha carretera, que entraba al valle de Riaño entre las Pintas y el Gilbo. Solo recorrí sus calles poco después de que derribaran sus casas en aquellos días que decidieron romper toda la vinculación de sus vecinos con el lugar.
Varias veces he entrado con el kayak a este recóndito lugar, inundado por las aguas del Esla, en busca de las altivas cimas de sus alrededores, y hoy lo hago a pie, con los prismáticos en ristre y en busca de los bisontes que por más vueltas que di, no aparecieron (y mira que son grandes).
Zorros, corzos, ciervos y algunos caballos (más tarde sabré que eran yeguas de pottoka) pero ni rastro de los bisontes ni de los búfalos, como si se los hubieran comido los lobos.
Aún así, una ruta espléndida, por un valle rodeado de altivas cumbres donde en sus día rebotaron los gritos de los vecinos de Anciles y donde hoy solo escucho el sonido del viento.
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