Catedral de León. Portada del Juicio Final. Tímpano



La Catedral de León, la Pulchra Leonina, surge radiante, esplendorosa, como un faro del reino de Dios, sobre solares que fueron termas romanas, palacio del rey Ordoño II y primitiva iglesia.

Gótico por sus cuatro costados e inspirada en la catedral francesa de Reims.

Abre sus puertas al publico desde la fachada occidental en la denominada de la Virgen Blanca o del Juicio Final, por ser el tema principal de la misma.

En la central, la puerta se abre en dos vanos cortados por un parteluz, en el que se haya una copia de la figura de la Virgen Blanca (el original se encuentra en la capilla central de la girola).

En el parteluz, la Virgen Blanca y a ambos lados, en las jambas, el apostolado (hoy retirados para su restauración). El tímpano y las arquivoltas están dedicados al Juicio Final, según San Mateo.

En la fachada de poniente, donde los últimos rayos de la tarde van a incidir sobre estas esculturas doradas y policromadas, invitando al pueblo a meditar delante de esta "Biblia de los pobres" donde se representan los misterios cristianos.

Tímpano



El gran drama del Juicio Final se divide en cinco actos, y al no poder mostrarles ordenadamente, se simultanean los actores.

El segundo acto comienza de modo repentino. En medio de la noche, coincidiendo con la resurrección de Cristo, el Juez Supremo aparecerá sobre nubes, y con gran poder y majestad se sentará en un trono entre María y Juan, rodeado de ángeles.

Así aparece en León, con un manto cubriendo su cuerpo desnudo que deja al descubierto manos y pies. Las manos en alto, mostrando las cicatrices de su muerte por los hombres y coronado como rey para impartir justicia.

Sentado sobre un podio, sus pies descansan sobre una construcción que podría indicarnos que el Juicio Final tendría lugar en Jerusalén.


El tímpano se complementa con cuatro figuras más; dos ángeles de pie, a los lados de Cristo-Rey, con atributos de la Pasión, el de la derecha sostiene la cruz, los clavos, la lanza y el sudario (los clavos son tres y no cuatro como en el románico). El ángel de la izquierda, es portador de la columna y en la mano un flagelo. En el ángulo superior del tímpano, encima de Cristo, aparecen dos ángeles más, de rodillas, mostrando la corona de espinas.

A los lados de Cristo aparecen la Virgen y San Juan, el discípulo amado, de rodillas intercediendo por la humanidad.

La figura de la Virgen es de una hermosura extraordinaria, de rosto muy bello, joven y llena de encanto y dulzura. No aparece coronada (como en el parteluz) ya que está en actitud suplicante, con los brazos en alto y juntas las manos.

San Juan constituye perfecta simetría con la Virgen, con una expresión un tanto aniñada y con cabellera de hermosos rizos.

En la catedral de León se llegó a mejorar la representación del segundo acto del drama, al poner de rodillas a la Virgen y a San Juan, no como en la de Burgos, donde las dos figuras estando de pie tienen que ser de menor tamaño.




Textos extraídos de "La Ciudad de León" de José María Villanueva Lázaro 











No hay comentarios:

Publicar un comentario