Caminando por Ancares: Mostallar, Pico Lagos y Corno Maldito

Cima del Mostallar
En una de las lagunas de Vilouso
Descendiendo por el bosque.
Arroyo de Vilouso

8/05/2017
Hoy voy a Ancares, al imponente macizo que cierra la Cordillera por el oeste.

Con alturas cercanas a los dos mil metros y casi treinta kilómetros de longitud, la grandiosidad de este macizo solo es comparable con el mar.

Una linea de montañas: Penarrubia, Tres Obispos, Os Penedos, Corno Maldito, Lagos, Mostallar, Penalonga, Cuiña y Miravalles, y un modelado glaciar que originó multitud de valles en los que se asientan pueblos con arquitecturas adaptadas al entorno.

Originado por esa intrincada geografía, el tiempo parece haberse detenido en esos valles donde los bosques parecen tener una frescura ancestral (Más en la vertiente leonesa que en la lucense, donde las laderas en su mayor parte aparecen cubiertas por matorral).

La madrugada y la kilometrada necesaria para llegar, queda compensada cuanto paro en el Alto de Couso y contemplo bajo mis pies el valle de Burbia. El pueblo, empequeñecido por el paisaje, aparece en el fondo del valle, protegido entre montes de redondeadas cimas, mientras una delgada línea de asfalto rompe la uniformidad de la vegetación y une este con el alto donde me encuentro.

Aparco en el centro del pueblo, rehago la mochila y parto por el camino de Piornedo. Entre castañales abandono el pueblo hacia el circo que conforman las cimas del Mostallar, Penalonga y Cuiña, en cuya base se asentaba la Braña del Mostallar. Pero antes de llegar, es preciso atravesar un precioso y tupido bosque de robles que con los primeros rayos de sol me traspone a un bosque de cuento de hadas.

Mariconadas a parte, ahora queda superar la parte dura de la jornada: desde la braña, el sendero sube sin interrupción -entre escoberas y canchales- hasta la Mallada del Mostallar, collado intermedio entre las cimas del Mostallar y Penalonga y límite geográfico con las tierras galegas.

Poco resta a la cima del Mostallar.

Durante los últimos metros de ascenso aprecio la extensión de este macizo, sus cimas ciclópeas y sus extensos valles.

Conocía la cima del Mostallar, la cual habré en cinco o seis ocasiones (los cinco años vividos en Lugo apenas permitían otras montañas), pero no tenía recuerdo de la grandiosidad que ahora me mostraba.

La similitud de alturas de estas montañas permite vagabundear por sus cimas. Un pequeño sendero me conduce hasta las cimas del Pico Lagos, Pico Dos Charcos (le conocía por Pico Lanza) y Corno Maldito. Un transito que favorece la vista a los valles trasversales y a espacios para futuras rutas.

Retrocedo al collado entre el Corno Maldito y Pico Lagos y desciendo a las lagunas de Vilouso. Pequeños lagos en el circo que forman el Mostallar con el Corno Maldito.

En el lago de mayor tamaño, arranca un sendero, perfectamente balizado con hitos, que me lleva de vuelta a Burbia por el Valle de Vilouso. Un camino paralelo al arroyo del mismo nombre,  que cruza un nuevo bosque. Si el de la mañana era de hadas, el que ahora atravieso, es de otra dimensión. Abedules, tejos, acebos, arces, avellanos, robles, ocupando su nicho y entremezclándose con arandaneras y helechales. 

La última sorpresa me la ofrece el Pozón: una pequeña cascada que vierte aguas a un pozo de difícil acceso.

El sendero se ha vuelto camino y entronca con el camino de Piornedo cuando ya estoy próximo a entrar en Burbia.



Burbia se encuentra en el valle del mismo nombre. Cubiertas de pizarra, muros de piedra, balconadas y escaleras de madera. Arquitectura que ha sabido aprovechar los materiales del entorno.


Salgo por el camino de Piornedo. Rodeado de castaños que a diferencia de los que encontré en los valles de más al sur, aún no han sacado la hoja.
Se ve la cima del Mostallar.
Pequeñas curvas en el camino nos permiten nuevas vistas. En este caso, la peña rocosa, es Campo Longo.
Entrada al circo que forman el Mostallar, Penalonga y Cuiña (el rocoso es el Penalonga)

Entrando en el robledal


Las cimas rocosas de los Bodegois (estas cimas son la prolongación del Mostallar hacia el este).


Atravesado el bosque, alcanzamos los restos de la Braña Mostallar. Al fondo la Mallada Mostallar (el collado) escoltado por el Mostallar y Penalonga.
Restos de la braña.




El sendero sube sin interrupción entre canchales.
Antes de alcanzar el collado ya vemos la cima del Mostallar y la arista rocosa hacia los Bodegois.
En tierras galegas.
Penalonga y el valle que desciende hacia Piornedo.
Panorámica que nos permite hacernos una idea del recorrido total. La línea de cumbres más afiladas corresponden a los Bodegois y sirven de divisoria de los valles de la Grandela (por el que he subido) y de Vilouso (por el que bajaré). A la derecha la cima del Mostallar.
Tras el Penalonga, el Cuiña. Algo más alejado, tras la cuerda del Cuiña, el Miravalles.
Cima del Mostallar. Como un mar, la vista se pierde en la lejanía.

KONICOLEANDO en la cima del Mostallar.
El muñecote de cima es similar (no en tamaño) al que encontramos en la cima de Peña Salgueiro.

El valle que desciende a Piornedo. Unas cuantas veces he ascendido por él.
Tremenda la formación glaciar. El valle de Vilouso y al fondo Burbia.
En el centro Pico Lagos y algo más alejadas las cimas del Corno Maldito y Pico Charcas.

Cima del Pico Lagos.

Corno Maldito y Pico Charcas.

Cima del Pico Charcas
Próximos Os Penedos. Apenas destacable, el Tres Obispos y perdiéndose en la lejanía Penarubia.
Desde la Cima del Corno Maldito tengo una buena vista de las lagunas de Vilouso.

Dos lagunas. Plagadas de tritón alpino.



Comienzo el descenso y entro de lleno en un bosque mixto.
Abedules

Refugio de Acebalín
Situado en un rodal de acebos 

Con un estilo adaptado al medio.

Muy completo para pasar una noche.




Acebal.


Avellano. Si!!! un avellano!!!




El sendero gana anchura y se trasforma en camino.

Robledal
Arroyo Vilouso

El Pozón.

De nuevo entre los castaños de Burbia. Una estupenda ruta de 21 km de distancia y 1.500 metros de desnivel. Y Burbia tiene bar.






2 comentarios:

  1. Hoy despues de mucho tiempo, he podido ver un reportaje tuyo, y la verdad es que me ha impresionado, por las vistas y los paisajes.
    El refugio si que está bien equipado, hay pocos como este.
    Un saludo amigo y hasta la proxima

    ResponderEliminar
  2. Hola Sebas.
    Si que son impresionantes las vistas y los paisajes. A pesar de haber recorrido (hace bastantes años) todas estas montañas con anterioridad, me sorprendieron mucho el otro día.
    Una lástima que están tan lejos.

    Saludos Sebas.

    ResponderEliminar