Mareando la perdiz: Peña Salgueiro - Pico la Crespa

21/02/2019
El día del Mocoso, cuando descendía de su cima, no apartaba la mirada de la pronunciada uve que forman Peña Salgueiro con la Peña de los Años. Había circundado esas cumbres hace unos años y tenía buen recuerdo de la cima de Peña Salgueiro con su muñecote y del gran ambiente montañero que guarda ese cúmulo de cimas de la montaña babiana.

Ya en casa, con las narices pegadas al Iberpix y sentado cómodamente, me fijo en el pequeño valle con forma de i griega que encierran las cimas de Peña Salgueiro, Pico la Crespa y Peña Grachera y que desaloja sus aguas por el pueblo de Quejo hacia el naciente Sil.

La ruta estaba marcada: partiendo de Quejo y remontando por el arroyo de la Pradera hasta alcanzar la cima de Peña Salgueiro. Luego continuaría por la cresta hasta el Pico de la Crespa, para cerrar la ruta una vez alcanzada la Peña Grachera.

Aparco con dificultades en un pequeño estrechamiento en Quejo y abandono el pueblo hacia el valle por un camino que sale de las inmediaciones de su curiosa ermita. El valle me despista, identifico la Peña Grachera a mi derecha, al frente el Pico de la Crespa con una forma muy redondeada, pero no consigo vislumbrar la larga arista de la Peña Salgueiro. Remonto el valle siguiendo el arroyo de la Pradera y cuando desaparece, continúo ascendiendo por una serie de canales que me llevan hasta unas pandas de nieve helada. A esa altura el ambiente es formidable; los valles han quedado abajo y gran parte de montes y montañas se sitúan a mi altura, por lo que mi vista comienza a volar por cimas que por momentos son ocultadas por telarañas de niebla creado un ambiente brutal.

La panda por la que asciendo forma parte de la ladera de Peña Salgueiro y me lleva hasta su arista muy cerca de la cumbre, donde su muñecote me recibe con los brazos abiertos.

Montaña babiana en estado puro. La nieve da pulcritud a estas altivas montañas entre las que destaca con una marcada forma de aleta de tiburón el Pico de la Crespa. Hacia ella encamino mis pasos con rapided, que con el fuerte viento que sopla en cima no está como para pararse. Antes paso por otro alto marcado con un hito de piedras (La Malvosina) y bordeo una gran dolina que previamente había llamado mi atención en el mapa.

Desde el colado, la Crespa nos muestra una estampa increíble, asemejando los restos de un volcán explosionado, cuya ladera asciende suavemente a cima, mientras que los cortados se precipitan abruptamente.

La niebla que quería ocultarme este paisaje a ido desapareciendo mientras ascendía y cuando alcanzo su cima solo queda relegada hacia los valles del sur.

Pero el viento sigue en la zona y no permite disfrutar de las alturas. Desciendo hacia un nuevo collado y vuelvo al ataque de la última cima, Peña Grachera, que me permite hacerme una idea de todo mi recorrido y de la subida incierta de esta mañana.

Alcanzada la cima vuelvo al valle buscando protección del viento que me ha machacado durante toda la mañana y un lugar algo confortable donde comerme el bocata.

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Quejo

El valle del arroyo de la Pradera. A la izquierda Peña Grachera y al frente con una forma muy redondeada el Pico de la Crespa.

Y a nuestra espalda, al otro lado de la carretera y de la poblacion de Quejo la mole rocosa del Pico la Orvia.

Continuo por el valle, siguiendo al arroyo con tendencia a la izquierda, donde comienzan a verse las canales por donde ascenderé hacia Peña Salgueiro.