Camino Lebaniego: de Sto. Toribio de Liébana a San Vicente de la Barquera



28, 29, 30 de junio y 1 de julio
"Camino Lebaniego" el grupo de WhatsApp, en el que estábamos incluidos, se abría con un primer wasap que no era otra cosa que el track del recorrido que pensábamos realizar los últimos días del mes.

Será Wikipedia la que me saque de mi ignorancia mostrándome la razón del Camino Lebaniego, del motivo que originaba que una parte de los peregrinos que se dirigían a Santiago siguiendo el camino del norte, desviaran sus pasos en el lugar donde hoy se asienta San Vicente de la Barquera para enfrascarse en una nueva aventura entre montes y desfiladeros hasta dar con el monasterio de Santo Toribio de Liébana, a fin de poder presentarse y orar  ante el Lignum Crucis, un pedazo del madero donde fue crucificado Jesús de Nazaret por los romanos.

A partir de esa primera pincelada, comencé a buscar información sobre ese camino y me llegó en cascada todo un maremágnum de información que hablaba de los  Toribios (el de Liébana y el de Palencia), del Lignum Crucis, del Camino Lebaniego declarado Patrimonio de la Humanidad desde 2015, del término cruceno que hace referencia a los peregrinos que hacen este camino con intención de ver el trozo de la cruz que se conserva en Liébana, del monasterio donde se conservan dicha reliquia y de una joya del antiguo estilo mozárabe (hoy denominado estilo de repoblación) situada en medio del camino.

Que el track que calló en nuestras manos no fuera el camino original, nos permitirá hacer una parte de este por la cuenca fluvial del Nansa. Un sendero increíble, acondicionado con pasarelas en algunos tramos donde no existen orillas accesibles, nos brindará una buena jornada.

Y como remate final, San Vicente de la Barquera, la bella población cántabra situada a la orilla del mar, que en nuestro caso sería final de etapa.

Había pues que poner un poco de orden a ese aluvión de datos, de reservar hospedaje para pasar las noches necesarias, preparar una mochila ligera con lo imprescindible y partir hacia el "Camino Lebaniego".

Viernes 28 de junio de 2019

San Vicente de la Barquera.
Cualquier peregrino medieval alucinaría con nuestra facilidad de poder comer en León y poco después merendar en San Vicente de la Barquera, gracias a la velocidad de nuestros coches y a las estupendas autovías.

A la hora convenida, un furgón taxi nos aguarda para llevarnos desde San Vicente (donde dejaremos nuestros coches) hasta el Monasterio de Santo Toribio.

Monasterio de Santo Toribio de Liébana.
Cosas de santos, pero es importante diferenciar entre Santo Toribio de Liébana y Santo Toribio de Palencia.

El último fue un monje que el el siglo VII llego a la Liébana con la intención de llevar una vida sencilla en conexión con la naturaleza y con Dios (un ejemplo muy similar lo tenemos en León con San Genadio y la Tebaida Leonesa). Con el tiempo, Santo Toribio de Palencia junto a sus compañeros edificaron un oratorio que posteriormente se convertirá en un templo en honor a San Martín de Turieno (o lo que es lo mismo, al monje francés San Martín de Tours) y que más tarde cambiaría su nombre por el de Toribio.

La historia de Santo Toribio de Liébana arranca de bastante más atrás. Nace en el año 402 y será nombrado Obispo de Astorga en el 448. Pero por lo que alcanzará importancia este personaje fue por haber sido un "culo inquieto" en sus años jóvenes, lo que le llevaría hasta los puerto de Haifa camino de los Santos Lugares. El mismo ímpetu que le llevo hasta allí, le valdría para llegar a ser el administrador de la iglesia del Santo Sepulcro donde se conservaban los restos del madero (el segmento horizontal de la cruz) donde fue crucificado Jesús (el como se encontró ese trozo entre una pilastra de maderos similares, es otra historia). Al volverse a sus tierras de origen, Toribio consiguió que le donaran un trozo del Sagrado Leño que llevó hasta hasta Astorga donde como ya comenté terminaría siendo Obispo.

Avanza el teimpo y la reliquia traída a Astorga por Toribio (el Lignum Crucis) así como sus restos (una ver muerto), se consideran de enorme valor para la cristiandad y ante el apabullante avance de la invasión musulmana se decide que sean trasladados a un lugar seguro donde no puedan caer en manos de los infieles; el Monasterio de Liébana.

Por qué a ese monasterio y no al Monasterio de Montes situado en la proximidades de los Montes Aquilianos (y mucho más próximo a Astorga), o alguno de los monasterios gallegos? No lo sabemos. Tal vez,en el momento que se decide tomar la medida del traslado de las reliquias merodé por la zona algún viajero que conociera la situación de un monasterio situado y encastrado en medio de las lejanas montañas de la Cordillera; el Monasterio de Turieno.

Año Jubilar Lebaniego, privilegio concedido por León X y que compara el jubileo lebaniego con el jacobeo. El último fue en el 2017 cerrándose las puertas hasta el próximo 2021.
En la Edad Media, este lugar de peregrinación gozaba de los poderes curativos y milagrosos que se le atribuían a los restos del Santo de Astorga y a la propia Reliquia.
Lignum Crucis. Mide 64 centímetros de alto, 4 centímetros de ancho y un grosor de 38 milímetros.
Es la reliquia de la cruz de mayor tamaño. Mayor que la custodiado en San Pedro del Vaticano.
Los monjes (actualmente solo existen tres) que viven en el monasterio te enseñan el Lignum Crucis y te permiten besarlo o tocarlo.
Monasterio de Santo Toribio de Liébana.
El Grupo.
Comienza la caminata, hacia Potes donde cenaremos y Ojedo donde pasaremos la primera noche.


Entrando en Potes.



A punto de cenar.
Camino de Ojedo.

Sábado 29 de Junio de 2019
Nuestro primer aposento. Nada que ver con los que podrían tener los peregrinos medievales.
Preparados y esperando al resto.
En marcha
El por qué de hacer el camino al revés? No somos peregrinos al estilo convencional. Creo que ni siquiera somos peregrinos. Nuestro meta no esta en Lignum Crucis, nuestra meta es poder pasar unos días caminando junto a unos amigos por un paraje agradable y el Camino Lebaniego nos lo ofrece.
Hacer el camino al revés es porque pensamos que sería más cómodo ir descendiendo hacia la costa y disfrutar en la última jornada de un agradable baño en el mar.

Nuestra etapa para el día de hoy: Ojeda-Cicera
En suave descenso desde Ojedo hasta Castro por una carretera secundaria sin apenas tráfico.

De esta población hasta Lebeña el camino más rápido sería por la nacional atravesando un tramo del desfiladero de La Hermida. El camino tiene dos opciones: Bordearlo por la izquierda pasando por las poblaciones de Pendes y Cabañes (con una buena subida y bajada) o por medio del desfiladero a media altura. Nosotros elegiremos la segunda opción.

Track aproximado de nuestra ruta en este día
Llegados a Lebeña, lo que nos resta hasta Cicera será superar el collado de Arcedón (971mts.), un considerable resalte si tenemos en cuenta que Lebeña esta a poco más de 200 metros y que lo haremos en las horas centrales del día.

Ermita de San Francisco.
Saliendo de Castro y caminando por la nacional camino del desfiladero de La Hermida.



Desfiladero de La Hermida.



A Nona (la perrina) será a la que más le costará pasar por esta zona.
Después el camino continua por un espeso bosque de quejigos.
Y a vista de pájaro aparece en el valle la iglesia de Santa María de Lebeña.

Lebeña

Sta. Maria de Lebeña, una herencia de hace mil años.
Discreta, rodeada de bosque y altas cimas, se levanta con fuertes evocaciones prerrománicas la iglesia de Santa María de Lebeña con su Virgen de la Reconquista.

Detalle del testero, con los modillones típicos de este tipo de construcción.

En su mayoría son modernos pero una copia exacta de los antiguos.

Interior.








De izquierda a derecha: Nona (la perrina), Maura, Ana, Rosa, Cruz, Carmen, Olga y Javier. Sentado en el suelo; Pepe.
Reponiendo fuerzas.
Lebeña.

Hacia el collado de Arcedón.



Peña Ventosa.


Collado Arcedón.

Ahora todo en descenso hasta Cicera.


Entrando en Cicera.
La casa donde pasaremos la noche (La de la izquierda, la pequeña. La grande es la de la dueña).


Domingo 30 de Junio de 2019

Cicera-Puente del Arrudo, un trayecto relajado de pocos kilómetros y sin apenas desnivel.

Lo negativo será que casi todo el trayecto de hoy será por carretera y que no encontraremos en ninguna de las poblaciones por las que pasamos donde poder comer o tomar algo.






A punto de partir. Nona nos muestra sus calcetines
Mural en Cicera.
Momento para unas risas.
Cicera.

Javier posando 



A la sombra, cualquier lugar es bueno para una cabezada.
Iglesia Románica de Santa Juliana

Cruze de "crucenos".


Refrescando.

Río Nansa.
Hospedería en Puente Nansa, el lugar donde haremos noche.
Para poder comer algo (decir eso es mentir: no comimos algo...nos pusimos hasta las trancas) tenemos que acercarnos hasta Bielva, todo subida y con peldaños 😣😣😣.
Las caras de satisfacción demuestran que valió la pena.

Lunes 1 de Julio de 2019
Amanece lloviendo, pero sabemos que se pronostica buen tiempo a mediodía. 
Puente el Arrudo-San Vicente la Barquera. La última etapa de nuestro camino que trascurre en su mayor parte por la orilla del río Nasa.

El río ha sido acondicionado y el camino señalizado. Un recorrido estupendo, por la orilla del río que cobra mayor intensidad de colores con la lluvia caída esta noche.



Preparando la capa de agua.
En marcha, en busca del cauce del Nansa.
Río Nansa.






El Nansa.

Algún tramo donde el camino sale del cauce.
Por supuesto que nos bañamos en esa poza!!!!

De nuevo a orillas del río.

Acondicionado para permitir el paso.




Pasarelas en las orillas del río Nansa.
No habiendo ningún establecimiento donde poder comer algo, tendremos que desviarnos del camino hasta la localidad de Serdio donde encontramos el único restaurante abierto por la zona.
Una opípara comida nos dejará aplanados y la ocurrencia de pillar un taxi y saltarnos los últimos kilómetros (que en gran parte son por carretera), e irnos a la playa a darnos un baño, fue haciéndose extensiva entre casi todos..........(excepto Javier que como un auténtico cruceno entró a las playas de San Vicente a pie).

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