Mareando la perdiz: Pico de la Cruz

Embalse de los Barrios de Luna desde la cima del pico de la Cruz

Espadaña de la iglesia de Lagüelles

17/05/2018
A finales del verano caminábamos por las tierras secas y resquebrajadas de Lagüelles o Miñera de Luna, sin esperar que el embalse de los Barrios de Luna recuperaría su volumen de agua con tanta rapidez.

El martes, de camino a Torrestio, y al paso por el embalse de Luna, observé como la espadaña de Lagüelles emergía sobre las aguas y me dije que había que hacer una incursión por la zona (embalse a más del 94% de su capacidad).

Aparco y desembarco poco antes de llegar a Pobladura de Luna, en las proximidades de las ruinas de Láncara.

A primera hora de la mañana las aguas del embalse asemejan una lámina de plata. El kayak rompe la tranquilidad de las aguas y avanza con rapidez. Busco la orilla opuesta y me desplazo junto a ella, hasta que aparece la pequeña bahía donde se asentó la población de Lagüelles. En agosto recorrimos sus calles, entre muros caídos y capas de barro seco. Hoy lo hago desde la superficie y cuando me acerco a la espadaña, la transparencia de las aguas me permite ver la nave de la iglesia desde arriba.

Abandono Lagüelles y continuo hacia la siguiente cala donde dejo el kayak para comenzar la ascensión al pico de la Cruz.

Ascensión y cima conocida. Con José Luis una tarde de verano nos acercamos hasta su altura para ver si el pico de la Cruz resultaba uno de los mejores miradores sobre las aguas del embalse y sobre las montañas de los alrededores.

Creo que lo es, la pequeña altura del pico de la Cruz (que ni siquiera es la mayor altura de la sierra donde se encuentra -Sierra Blanca-) se levanta airosa entre las aguas y las altivas cimas que cierran espacio por el norte: Ubiñas, Cirbanal, Peñas de Prado y Meloíta y otras de menor altura o más desgastadas como el Cerro Pedroso o peña Cabrones.

Poco desnivel (unos 550 metros) pero mucha cotoya (escobas y aliagas) cerrando el paso.

Voy descifrando el camino, mientras mis piernas se cubren de arañazos, hasta que alcanzo la arista. En ese momento, el valle del Cuartero se muestra con toda su largura y esplendor.

Un poco de aristeo y alcanzo la cima. EL GRAN MIRADOR SOBRE LAS AGUAS DEL EMBALSE DE LOS BARRIOS DE LUNA.

Momento para el relax, hasta que me doy cuenta de las algodonosas nubes que han ido entrando y que poco a poco van cubriendo el cielo.

Desde la cima desciendo por una arista más cómoda hasta las praderías próximas a la bahía donde he dejado mi kayak. La situación ha cambiado. La placidez de las aguas de esta mañana se ha convertido en un mar con olas que agitan el kayak.

En el momento del embarque, oigo los primeros truenos y me digo: Konico apura que te mojas!