10/05/2018
La mañana del jueves fue como uno de esos días que entras a la ducha, te mojas y cuando coges el bote de gel, para verter un poco sobre tu mano, escuchas el pedorreo típico que te indica que se ha acabado. En esa situación, puedes salir, secarte e ir a buscar un nuevo bote, o mejor, darle la vuelta y esperar un momento bajo la ducha a que el jabón se deslice y puedas disponer de una porción más que suficiente para ducharte.
El jueves me reúno con Manuel en Campomanes, con una mañana no deseable ni para ir a pescar ranas. Envueltos en densa niebla Xistras conduce hacia Tuiza de Arriba, pero viendo la situación decidimos probar suerte en al Alto del Palo.
Hoy no hay suerte. La carretera se encuentra cortada por nieve y desprendimientos.
Pues nada, un paseo por la carretera, bajo el paraguas, en espera de la hora de comer. Y con charleta animada, vamos acercándonos hasta Casa Mieres y seguimos por el valle de la Cantarilla hasta los puertos de Riotuerto, donde nos damos cuenta de la espesa capa de nieve que cubren sus praderas.
Remontando el arroyo (que hoy es un río) un atisbo de luz nos indica que la niebla comienza a disiparse y volvemos a probar con el bote de gel volteado para ver si ya hay suficiente jabón con el que ducharnos.
-Subimos a Cerreos?
-Vamos.
Hacia los puertos de Cerreos, pero sin llegar a ellos, tomando la arista que con rapidez nos coloca en al cima.
La luz inunda las Ubiñas, cuya nieve refulge bajos los potentes rayos de sol y nos trasmite que Cerreos es un balcón inmejorable de estas altivas montañas.
-Y ahora?
-Ahora?.. media vuelta y a Campomanes a comer.
Bueno del bote de champu, algo salio. Una pena del tiempo, pero aun asi, has podido hacer algunas fotos maravillosas.
ResponderEliminarUn saludo