El enigma de los cuellinegros



16/09/2016
Durante estas vacaciones playeras, la barrera que separa el Mar Menor del Mediterraneo, y que parte de Lo Pagan, será lugar de paso diario hacia la playa de La Llana. Con la bici y con las primeras luces del día (no tanto). Y siempre, en las Salinas del Cotorrillo, manteniendo una distancia, una gran balsa de zampullines cuellinegros llamaba nuestra atención. La habíamos localizado el año anterior y volvíamos a verla este.

Dando un paseo y con la cámara en ristre, nos acercamos de tarde en un intento de sacar algunas fotillas. En la lejanía encontramos la balsa, pero según nos acercamos al intentar volver a localizar a los cuellinegros vemos que no están. Ni rastro de ellos!!!!!

Como en un caso de Sherlock Holmes, los zampullines habian desaparecido sin dejar rastro!!!!!!

Según nos acercamos los volvemos a ver. En el mismo lugar aparecidos de la nada. Todos!!!!

Nos entra prisa. Aceleramos el paso, no sea que vuelvan a desaparecer. Y lo hacen!!! Delante de nuestras narices, bajo una cortina de agua que levantan en su inmersión, los cuellinegras vuelven a desaparecer ante nuestras miradas.

Es Cruz la primera en ver el vuelo raseante de una pareja de jóvenes patiamarillas, que son las causantes del enigma de la desaparición de los cuellinegros.





 En un primer momento pensamos que podrían ser págalos, ya que no pensamos que las patiamarillas fueran tan agrasivas,



 Inmersión por turnos y con mucho alboroto.



 Salida y reagrupamiento.


 Un gran número.



 Destaca un ejemplar leucístico.




 Las picofinas vuelan a sus dormideros.






 El blanquito.


 Algún ejemplar conserva aún restos del plumaje veraniego.


 Salinas del Cotorrillo.

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