Bígaros y Muñón

En la Pasada de los Bígaros

15/05/2018
Tenía ganas de volver a los Bígaros. El día que la ascendí, era un lugar inhóspito, sin apenas visibilidad por culpa de la niebla y su cima, a causa de la gran cantidad de nieve caída, únicamente dejaba espacio para los pies.

Por ello, era necesario volver con un cielo despejado para poder disfrutar de la visión de los extensos puertos de la Mesa.

Aparco en Torrestío en las proximidades del bar, con intención de tomar un café mañanero, pero aún es temprano para abrir el bar y recorro las calles del pueblo llevándome las ganas.

Por la Calzada Romana de La Mesa o Camín de La Mesa. Incrustado en el valle de Las Partidas hasta el collado Muñón, donde entro propiamente en los puertos de La Mesa.

La nieve se resiste a dejar las alturas, pero el verde de las praderas ha perdido el brillo, o tal vez aún no lo haya logrado.

Dejo la calzada y afronto la subida sin sendero, evitando los campos de nieve que presenta consistencia y por su gran inclinación supone un riesgo de caída.

La Pasada de los Bígaros (la collada entre las cimas del los Bigaros y Muñon) me sorprende con las vistas hacia el lago de la Cueva y todo el conjunto de montañas de Salencia.

Supero el último repecho y alcanzo el punto culminante de los Bígaros. Un balcón, nuevamente hacia las cumbres de Salencia y Babia y hacia el macizo de Ubiña que se levanta poderoso sobre sus valles.

Tiempo para disfrutar y para planear el resto del recorrido. Continuando la arista hasta la cima del Muñon y hasta la pasada del Muñón, donde desciendo a Chao de la Mesa, la laguna de deshielo que se oculta en su pequeña cuenca.

La braña de la Mesa me sorprende por su tamaño y por su buen estado de conservación. Sus techumbres de losas de piedra, colocadas escalonadas hasta cerrar el círculo, son similares a la braña vecina de las Navariegas.

Vuelvo a caminar por el Camín de la Mesa. Nuevamente hacia el collado Muñon, pero sin llegar a alcanzarlo, ya que en sus proximidades me desvío de este y asciendo paralelo a la alambrada de separación hasta la cima del pico las Piedras, discreta cumbre que ofrece estupendas vistas de un Ferreirúa custodiado por el macizo de Ubiña.

Hay que volver, aristeando hasta el Alto de las Navariegas y perdiendo altura por una traza que acaba metiéndome en el valle del arroyo Matamala, camino de un Torrestío con los sonidos típicos de un día de labor.



Torrestío
Protegido de los vientos del norte por la inmensa mole de peña Redonda.
La señal de peligro gallinas de Torrestío.
Camín de la Mesa hacia los puertos.

A nuestras espaldas el Morro Negro

Valle de las Partidas.
Collada del Muñón o Puerto de la Mesa.
Los Bígaros.


Praderías de los Puertos de la Mesa.

Lago de la la Cueva.


Arista hacia el Muñón.

Lago de la Cueva.
Macizo de Ubiña.
Braña de la Mesa.
Pirámide del pico Muñón.
Valle de Saliencia.

Cima del Muñón

Hacia la Pasada del Muñón.

Porque todo esto que hoy contemplas fue hace muchos años un mar..
Tchau de la Mesa y refugio del Chao.




Braña de la Mesa.












Los Bígaros y la Collada del Muñón.
Desde el pico las Piedras.


Panorámica.


Durante el descenso por el valle Matamala.

Arroyo Matamala.



No hay comentarios:

Publicar un comentario