8/10/2016
Los bosque no presentan un aire otoñal (no ha llovido en todo el verano y aún es fecha temprana), pero tenemos ganas de monte. De caminar entre hayedos y sentir el ruido de nuestras pisadas sobre la alfombra de hojas.
La buena temperatura llama a salir.
Es Cruz la que se decanta por Carande - Salio. Un clásico entre nuestros recorridos de otoño.
Conocedores ya perfectamente de la ruta, todo es disfrute. Volvemos a ver los rincones que tanto nos gustan. Por los alrededores de la Gran Haya de Henar, donde el monte se allana, y antes de cruzar la Valleja Oscura el ambiente es élfico. Los líquenes colgando de las ramas de las hayas, el arroyo tintineando y un alfombrado de hojas permanente, te hace pensar que no puede haber lugar más recóndito que este.
Pero siempre hay otros que conocen más. Y en esta ocasión nos topamos con una pareja que ascendía hacia Valleja Oscura cuando nosotros descendíamos de ella.
Originario del desaparecido Riaño, nos habla de parajes solitarios y tejos perdidos bajo los cantiles de Piedras Negras, a donde ahora se dirigen.
La buena temperatura hace que podamos disfrutar de las praderas de Salio a la hora del bocata.
El regreso por pista. Salvando un fuerte desnivel antes de volver a meternos por el espléndido hayedo de las inmediaciones de la collada de Henar.
Verde. Todo esta muy verde.
Carande.
Dos fotógrafos en la familia significa mucho trabajo de edición y mucho espacio en el disco duro.
Muy dificil hacer fotos con tantos contrastes de luz.
El bosque se abre.
Las estribaciones de Peñas Blancas.
Valleja Oscura y el Espigüete.
La Gran Haya de Henar.
Las praderas de Salio
Volvemos a ver a la pareja que nos encontramos a la salida de Valleja Oscura. Esta vez en las alturas.
Montañas de Riaño
El bosque de la collada de Henar
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