El inconveniente de las montañas del Curueño, es su proximidad a la carretera. Los ascensos son bruscos, no permitiendo un calentamiento antes de afrontar la ascensión.
Para esta salida, ese inconveniente se tornó ventaja. Una salida vespertina al Ancino en el día más corto del año.
Una salida exprés, si nuestra intención no era pasar la noche en mitad de la ladera.
Aparcamos junto al puente situado en la base del pico. Lo cruzamos, y nos lanzamos a la conquista de la cima. Por su cara sur, por su vía normal. En busca de la canal que franquea los paredes próximas a cima, y nos coloca en esta.
En la cima la luz se torna cálida. Este invierno extremadamente seco, nos permite afrontar el descenso por la ladera norte sin problemas de nieve.
Vamos descendiendo y bordeando la cara norte al encuentro de una canal que nos permita meternos en el valle de Valdenuciello y tomar el camino que une Oville con la carretera de cruza las Hoces de Valdeteja.
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