30/08/2019
Son poco más de las 8:15 cuando salgo del hotel y me dirijo hasta la iglesia de O Pindo de donde sale el camino que asciende hasta el Alto de A Moa, el punto más alto del Monte Pindo.
El GPS se ha vuelto tonto y se niega a mostrarme mi posición ni coger el track que he grabado para la ascensión. No importa!!!!! el sendero se muestra más que evidente al encontrarse en un principio encastrado en un pasillo de rocas y más tarde, es solo cuestión de fijarse en las señales tipo pequeño recorrido (PR), aparte de que todo esta muy pisado.
De nuevo en O Pindo, el macizo de granito rosa situado en plena Costa da Morte que se alza con majestuosidad sobre la población del mismo nombre y a una altura de 623 metros.
Los mismos que hemos de ascender al encontrarnos al nivel del mar. Entre pinar (muchos de los cuales quemados en el último incendio) al principio, para luego caminar (o mejor navegar) por un mar de inmensos bolos de granito con formas que asemejan a lo que tu y tu estado de ánimo quieras o puedas imaginar.
La cima ha permanecido cubierta mientras ascendía, pero cuando accedo a la gran losa donde se encuentra el vértice geodésico, los dioses de este Olimpo Celta deciden retirarla para que pueda deleitarme con la visión del fin del Mundo.
El Faro de Fisterra, el pueblo de Fisterra, la praia de Langosteira, la ría de Corcubión, Ézaro y el propio O Pindo y su praia, cerrando un mar de un azul que difícilmente puede ser pintado.
Los mismos dioses que despejaron la cima serían los que esculpieron las esculturas que hemos visto durante el ascenso, o todos esas esas cazoletas (que los de la zona llaman "pías") que rodean al vértice y donde se acumula el agua de lluvia que será bendecida por los dioses y curará muchas enfermedades a aquellos que la recojan con las manos en siete hoyos, de rodillas y siempre mirando al oeste.
La niebla vuelve a cubrir la cima y me aísla. De repente todo ese mundo aparecido de la nada ha vuelto a ocultarse y me deja solo en medio de la nada, donde los sonidos cobran más protagonismo.
El canto de los pájaros, el rozar de la zapatilla contra el granito o mi propia respiración se magnifican en ese mundo gris, hasta que algunos metros por debajo de la cima vuelvo a entrar en el mundo real (o el real era el otro?).
Desando la ruta, con la rapidez del camino en descenso, hacia la iglesia de O Pindo y hacia el hotel donde me espera Cruz para desayunar.
Algunas fotos:
Iglesia de O Pindo
Inicio del camino de subida desde O Pindo
Al inicio por un pinar.
La primera imagen del fara de Fisterra.
Faro de Fisterra.
Un macizo de granito rosa.
Y el mar!!!!
Grandes piedras con formas muy caprichosas.
El Alto de A Moa cubierto por la niebla.
CIMA de A Moa.
Una gran losa de granito con numerosas hoyos o "pías".
Vistas desde la cima.
Un rápido descenso.
Panorámica.
Vaya mirador que te buscaste. Muy guapo, pese a esas nieblas.
ResponderEliminarSaludos
Guapo y mágico como toda Galicia y con la posibilidad de pegarse un baño a la bajada.
EliminarSaludos Caleyeru.