Rabinalto



10/02/2017

"Fontarente y Rabinalto
andan juntos cabalgando.
Fontarente en una mula, 
Rabinalto en un caballo"

La Sierra de Villabandín, a caballo entre Babia y Omaña, conforma un núcleo de montañas donde destacan una docena de cimas que superan los 2000 metros de altura.

Pero si en algo destaca esta sierra, poco frecuentada en el ámbito montañero al quedar eclipsado por los macizos de Ubiña, Cirbanal o Montihuero, es por la largura de sus valles: el de Valverde, el de Salce o el valle de las Vegas.

Entro en Babia deseando que las nieblas que cubren el embalse del Luna sean propias de la zona inundada. No es así, aunque cuando tomo en Huergas de Babia el desvía hacia Riolago pretendo intuir una ligera mejoría.

Mi intención es ascender el Rabinalto, una montaña que presenta una imponente visión por su cara norte. Una imagen tal cual la pintaría un niño, triangular y con paredes vertiginosas. 

Entro desde Riolago por el valle de las Vegas, un valle largo que va retorciéndose con dirección oeste hasta alcanzar el circo glaciar conformado por las cimas del Alto de la Cañada y del Rabinalto (recordemos que el Alto de la Cañada es también conocido por Fontarente -Fontarente y Rabinalto, andan juntos cabalgando, Fontarente en una mula, Rabinalto en un caballo).

La pista finaliza en La Braña donde hay dos cuadras y un refugio perfectamente habitable. 

En este punto el circo se divide en dos. Un cordal, el de Peñas Negras, parte la cuenca en dos: arroyo Machadones y arroyo de San Bartolo.

Continuo ascendiendo por el de San Bartolo, pasando bajo los cantiles de la norte del Rabinalto, que hoy se muestran como la mampara de la ducha después del paso de un equipo de rugby.

La nieve en perfectas condiciones para las raquetas me permite avanzar con facilidad hasta el collado entre Peña Arenas y el Rabinalto.

La ladera sur apenas presenta nieve y aunque durante el ascenso llegué a ver algún claro sobre mi cabeza, la tónica de la mañana será de niebla. La cima no me brindará vistas más allá de mis botas.



Riolago de Babia. Final de carretera e inicio del valle de las Vegas.
Pista hasta el paraje de La Braña.




La Braña. Dos cuadras y un refugio que aparenta ser el lugar donde fabrican la nieve que sacan por la ventana.
Desde este punto el Rabinalto presenta su mejor cara, pero hoy no se mostrará.
Vista atrás.


Peñas Negras.


El collado. Parece que quiere aclarar.
CIMA del Babinalto.
Konicoleando en la cima.
En el descenso la niebla se apodera de la zona y me hace perder mis propias huellas. Voy perdiendo altura y ayudándome con el GPS. De repente la niebla pierde fuerza y el valle aparece ante mi.


Abeludes.






En el refugio de La Braña, mientras como el bocata parece que el día mejora.
Rabinalto.








Según desciendo el día mejora
Macizo de Ubiña.






Riolago y una vista del pueblo cerrando espacio con el Montihuero.

1 comentario:

  1. Guapa ruta, lástima de niebla.Alguna vez nos pasó lo mismo a nosotros, ascender al Cañadas y no ver nada en toda la jornada y si lo logramos, fue por empecinamiento y gps en mano.
    Preciosas fotos.
    Un abrazu

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