Hayedo de Acebedo
18/11/2018
El otoño en el monte es algo antagónico. Por una parte, el bosque explosiona para convertirse en un caleidoscopio donde los colores no cesan de moverse al impulso del viento, mientras que por la otra, la oscuridad y la secuencia de grises se va apoderando de todo hasta llevarlo al mundo del blanco y negro.
La lluvia ha aparecido estos días y parece que desea perpetuarse. Aprovechamos una bonanza para disfrutar los últimos estertores de los caducifolios antes de que cierren por fin de temporada y partimos hacia la montaña de Valdeburón para recorrer un pequeño hayedo situado en la proximidades de Acebedo.
La mañana aparece fría y una espesa capa de niebla lo cubre todo, dando un tono más dramático.
Los árboles han perdido sus hojas en favor de la alfombra por la que ahora caminamos. La humedad lo invade todo, mientras nuestro camino recorre un pasillo en penumbra por efecto de la niebla y hemos de esperar hasta lo más profundo del bosque para ver el viejo caleidoscopio en funcionamiento con las últimas hojas.
Apuramos los últimos minutos por este bosque, sabiendo que el invierno aparecerá como tren desbocado transformando el paisaje en un mundo bicolor que lanza un grito desgarrador de silencio.
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