Hayedo de Canseco
31/10/2018
Las deseadas lluvias otoñales han llegado acompañadas por un frente polar y han dejado la Cordillera cargada con un manto blanco. Nuevamente la Naturaleza se ha despertado para enviarnos una bocanada de su poderío y ponernos en nuestro lugar.
El día despertó luminoso y sin viento, como queriendo darnos una tregua para que pudiéramos contemplar su fuerza. Una considerable capa de nieve ha sorprendido a los árboles con hoja y en el apogeo de la tormenta ha ido acumulando esta sobre sus ramas hasta que no han podido aguantar el peso y ha quebrando sus ramas.
Decidimos acercarnos hasta el hayedo de Canseco, en las Hoces de Valdeteja. A la altura de Vegacervera la niebla se apoderó del paisaje, cegando nuestra vista a lo inmediato. En Cármenes, mientras tomamos un café mañanero, un vecino nos comenta que la niebla levantará pronto. Antes de llegar a Canseco la niebla despeja y contemplamos las montañas cargadas de nieve que le trasfieren un aspecto de blandas y tiernas.
No esperábamos encontrar tanta nieve. Surge la primera dificultad a la hora de aparcar el coche en las inmediaciones del puente de piedra que cruza el río Torio y da entrada al hayedo de Canseco.
El camino solo es visible gracias al cajón donde se encuentra. Recorremos el primer tramo sin problemas hasta llegar al bosque. Cantidad de ramas rotas y arqueadas por el peso de la nieve cierran el camino y hace complicado el transito. Eso, la nieve y la pendiente hace que resoplemos.
Aún así, las sensaciones sentidas dentro del hayedos son geniales, como en un cuento de hadas. Luces cambiantes con rayos de sol filtrándose entre las ramas, hojas multicolores destacándose sobre la nieve y una cortina de lluvia barriendo el camino procedente del deshielo de la nieve acumulada en las copas de los árboles.
Un recorrido corto, remontando el arroyo Fodusio (pudiera ser el nombre de algún primo del Frodo Bolsón?) hasta el collado donde el hayedo desaparece y comienzan las praderías cercanas a la línea montañosa Bodón de Cármenes-Peredilla, pero suficiente para una ruta de mañana, más cuando fue preciso abrir huella en la nieve desde el primer momento.
El descenso? No tan rápido como previmos. La nieve que tenía consistencia en la subida, la ha ido perdiendo y ralentizando nuestro caminar.
Pero quién tiene prisa un día como el de hoy????
Las fotos con mayor tamaño en Google+
Canseco con una buena capa de nieve para las fechas en las que estamos. Nos acercamos hasta el pueblo para poder dar la vuelta al coche.
El pontón a la entrada de nuestra ruta, que ayuda a salvar las aguas del río Torío.
Dificultades a la hora de dejar el coche.
Grupo de cimas del Braña Caballo.
Cumbres del Bodón de Cármenes.
El bosque multicolor.
La nieve ha doblado y roto muchas ramas.
A la salida del bosque por su parte superior. Un día es espléndido.
Faedo de Orzonaga
25/10/2018
Ya sabes, dentro de los comedores de pan los hay que gustan del currusco, para otros paladear la corteza es lo más sublime y los más..... (o los menos) embotarse la boca con la miga.
Pero no siempre te puedes comer dos curruscos en una comida, ya que podemos encontrarnos con otra persona que guste de tus mismas apetencias. De miga es más fácil ponerse morado, pero empanarse de esa manera resulta poco elegante.
Elegante es como estaba el jueves el Faedo de Orzonaga. Las hayas comienzan el proceso que llevará a que cada hoja se convierta en una flor. Hoy la falta de humedad le restara brillantez al bosque, pero este último día de otoño, sin viento, sin lluvia y con una temperatura ideal para caminar, nos permitirá un recorrido relajado, con posibilidad de ir parando en aquellos lugares que mas nos plazca.
Y sí, somos de esos que prefieren una parte concreta del pan (los curruscos) y al igual que con el pan, con el hayedo de Orzonaga gustamos de hacer un recorrido en concreto. Por eso, desde hace tiempo dejamos a un lado el recorrido circular que parte de Orzonaga se introduce en el hayedo y vuelve al pueblo a caballo de la lomba que protege al pueblo de los vientos del sur, para centrarnos únicamente en la parte del hayedo.
Aparcamos al final del pueblo y nos adentramos por el camino galería que conduce al collado Gudina y a la entrada del Faedo.
El Faedo es un hayedo de pequeñas dimensiones. De hayas jóvenes, de pequeño porte y grosor. Pero su situación y su disposición (en una ladera con poca inclinación) favorece para tener una visión del hayedo muy horizontal.
Escasa distancia hasta que entramos en el hayedo y poco desnivel en su recorrido, hace que este Faedo sea uno de mis preferidos.
"Hace años que lo recorremos", comentamos mientras nos acercamos a él, y hablamos de la primera vez que nos adentramos por sus caminos (durante una ascensión al Pico del Águila) y como desde entonces lo hemos recorrido una vez al año como mínimo.
El bosque se abre y nos permite una visión de la cuenca por donde desciende el arroyo de la Portilla y donde se asienta el pueblo de Orzonaga.
Otro claro y una segunda mancha de bosque antes de alcanzar la arista y salir definitivamente del hayedo. Mitad del recorrido circular y punto final del nuestro, ya que a nosotros nos gusta el hayedo y decidimos empaparnos de él, disfrutar de las hojas multicolores, del sonido del viento entre las ramas y de la bajada por la galería forestal.
Las fotos en mayor tamaño puedes verlas en Google+