Ibis eremita en Estébanez de la Calzada
20/08/2017
Quería comenzar la entrada con un símil como: "Encontrar un ibis eremita en León es como .....".
El problema me surge cuando intento encontrar una comparativa sin tener que recurrir a términos de espacio infinito.
¡UN IBIS EREMITA EN LEÓN!
En palabras de Martín; "Todo un bombazo"
El Ibis eremita (Geronticus eremita) es un ave ligada a zonas áridas próximas a acantilados rocosos donde instala sus colonias de cría.
Se trata de una especie en peligro crítico de extinción, con una pequeña población en el suroeste de Marruecos y algunos ejemplares aislados en Siria (posiblemente desaparecidos con el conflicto actual).
Hasta el siglo XVIII se reproducía en Cetroeuropa (Austria, Hungría y Suiza).
Desde 2003 la Consejería de Medio Ambiente de Andalucia, en colaboración con el zoo de Jerez y asesoramiento científico de la Estación Biológica de Doñana, viene realizando el Programa de Reintroducción del Ibis Eremita en Andalucía.
El ibis eremita de Santibañez de la Calzada corresponde a un ejemplar criado en cautividad (siguiendo los protocolos del Programa Ibis) y liberado junto a otros 24 ibis en la Sierra de Retín (Cadiz) en agosto del 2016.
Por su anilla amarilla (K7N) hemos podido saber que este ave junto con otras tres más cruzó la Península hasta Asturias donde fue visto en octubre de ese mismo año. Uno de ellos muere electrocutado en Llanera y el resto se desplaza en el mes de noviembre a Galicia, donde se recogen citas en la playa de Doñinos (Ferrol), Valdoviño y posteriormente en el entorno del embalse de Fervenza (La Coruña).
Hace dos días se relocaliza este ejemplar en Estebanez de la Calzada.
A primera hora de la mañana recorro las calles vacías de Estebanez. Junto a un galpón al final del pueblo paro a buscar el pájaro entre un grupo de vacas que pacen tranquilamente. El coche de José Alberto e Iker para junto al mio y decidimos hacer piña en su búsqueda.
Varias vueltas por caminos, entre prados, hasta que localizamos al ibis.
En un prado, entre el ganado, atiborrándose de insectos que saca hábilmente, valiéndose de su largo pico, de entre las boñigas y de la tierra.
Lo observamos desde nuestro coche un buen rato, hasta que su glotonería cesa y comienza a atusarse las plumas.
Luego levanta el vuelo y vemos como se dirige a un poste que hay en una granja cercana.
El poste donde, según nos comenta el dueño de la granja, lleva parando a descansar los últimos 15 días.
Una gallina en el argot de los pajareros puristas. Pero yo aún no se de ninguna gallina que sea haya sido capaz de recorrerse la Península volando.
Un ave vistosa? Para nada.
Sin haber alcanzado la madurez, este ave carece del color rojizo que le da un cierto aire de exotismo.
Los últimos días de agosto me acerco de nuevo hasta Estébanez para volver a ver al ibis eremita. Recorro los prados que frecuentaba así como su poste favorito sin que aparezca. Hablo con algunos ganaderos y me comentan que hace unos cuantos días que no lo ven.
El Ibis ha partido.
Otro reportaje sobre el ibis eremita:
Al sur: Ibis eremita
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