Castaño de Villasumil
31/05/2017
La carretera que lleva a Villasumil es una de esas carreteras de montaña donde solo pasa un coche y te las ves y deseas si te encuentras con otro, y con un par de curvas en herradura de las que quitan el hipo.
De nuevo en camino hacia otro árbol notable: El Cantín de Villasumil un castaño de grandes proporciones que ha sobrevivido a hacha, incendios, y avatares meteorológicos.
Si la carretera es estrecha, el pueblo lo es más. Circulo por la calle principal intentando no rozar el coche con las casas y busco la plaza, donde un amable vecino me ha indicado que puedo aparcar, que resulta ser un pequeño ensanchamiento de la principal.
El castaño se encuentra a la salida del pueblo, junto a la iglesia y cementerio en un soto de castaños, y bien indicado con carteles.
Descomunal, inabarcable, sorprendente. Todo un repertorio de palabras, que no llegan a definir la grandiosidad de este castaño.
Intento agrupar unas piedras para sujetar la cámara y hacerme una foto con el árbol, cuando veo a un vecino pasar. Sin dudarlo, le pido si me puede hacer una foto y Javier -que es como se llama- se presta voluntarioso.
De esa manera conozco a Javier, un vecino de Villasumil, que ahora vive en Fabero, pero que todas las tardes, se acerca a su pueblo para hacer la huerta, cuidar las colmenas y dar una vuelta por la casa. Javier me hace las fotos, dice donde tengo que ponerme para salir mejor y me enseña "la caroca", la oquedad que tiene el árbol en su tronco, el lugar donde jugaba cuando era pequeño, y donde me hace meterme para que vea lo grande que es.
La tarde la gastamos yendo a ver sus colmenas -me deja su traje de apicultor-, estudiando las huellas del jabalí, impresas sobre el barro de una charca cercana al pueblo y las de un gran lobo que parecía perseguir a este. Y por último, tertulia en la cocina de su casa, junto con otro Javi y su tío (que es el alcalde), mientras damos cuenta de unas cervezas.
Javier insiste en que le acompañe a plantar las fabes, pero ya va siendo hora de volver a casa😅😅😅.
No puedo decir si este es el castaño de mayor tamaño de España, como me afirman. Pero de lo que estoy convencido es de la gran hospitalidad de las gentes de Villasumil (o por lo menos de Javier, Javi y el tío de Javier).
Distancias desde:
Candín 5,1 km, 9 min.
León 143 km, 1h. 56 min
Totnes 1.667 km. 19h. 45 min.
Moscú 4.030 km. 40h
A la salida del pueblo y perfectamente indicado.
La guía de la izquierda fue cortada cuando el tío de Javier era un niño. El estaba allí cuando eso ocurrió y el motivo de cortar la guía estaba en la imposibilidad de pasar los carros por el camino.
La guía central también fue cortada hace tiempo.
Colocado delante de "la Caroca".
Y ahora dentro
La iglesia de Villasumil y vistas del valle desde el pueblo.
Otros árboles notables por la zona y por el blog de Mareando la Perdiz:
Campano de Villar de Acero
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