Cruzo la verja del recinto de Moreruela, veo las ruinas del monasterio y tengo la sensación de encontrarme en Belchite.
Vencido esa primer choque, lo que llama la atención es la falta de cascotes. Lo que fuera en su tiempo la nave principal, es ahora un espacio abierto, donde solo de conservan el arranque de lo que fueron unas imponentes columnas. Pero de la piedra, que en un momento fue columna, no hay hay ni rastro.
No entramos a valorar si Moreruela sería el primer monasterio cisterciense en la península, pero si nos hacemos una idea de lo que debió de ser este monasterio viendo los restos de la iglesia.
Varias desamortizaciones originaron que en 1835 fuera abandonado el monasterio. Las inclemencias del tiempo y la rapiña (inviable pensar que la piedra de esas columnas se desintegrara por efecto del tiempo) llevaron al monasterio a su estado actual.
Un estilo sobrio pero elegante. Prueba de ello las columnas del deambulatorio, sobre las que se sustentan arquillos apuntados y sobre ellos una segunda altura con siete grandes ventanales. Entre ellos, columnas apoyadas sobre ménsulas, sirven de nervios de la bóveda semicircular.
La buscada sencillez decorativa del Císter se observa en la lisura de los muros externos de la cabecera.
Aún así, el conjunto es soberbio.
Planta de cruz latina de tres naves de nueve tramos siendo la nave central más ancha que las laterales. Un gran transepto y cabecera formada por presbiterio y capilla mayor semicircular rodeada por girola de una nave que se abre a siete capillas.
Restos de la sala capitular.
Lugar realmente especial y hermoso que respira tranquilidad y sosiego además de una belleza impactante. Si aún en ruinas es hermoso tuvo que ser algo realmente espectacular. Preciosas fotografías. Enhorabuena.
ResponderEliminarGracias por comentar José.
ResponderEliminarEste fin de semana volvimos a pasar por Villafáfila y nos acercamos a Moreruela.
Un lugar con encanto.
Saludos