Sta. María de Eunate
30/09/2016
Charles Péguy va en peregrinaje a Chartres, cuando se encuentra en su camino a un tipo cansado, que suda y que pica piedras.Y le pregunta:
-¿Qué está haciendo señor?
- Acaso no ve, pico piedras; es duro, me duele la espalda, tengo sed, tengo calor.
Péguy continúa y ve más lejos a otro hombre que también pica piedras.
-¿Señor qué hace?
- Gano mi vida. Pico piedra, no he encontrado otro oficio para alimentar a mi familia.
Péguy sigue con su peregrinaje y se aproxima a un tercer picapedrero que esta sonriente y radiante y le hace la misma pregunta;
-¿Señor qué hace?
- Yo señor, construyo una catedral.
Me sirvo de la fábula de los picapedreros de Péguy, para introducir el reportaje de una de las iglesias más bonitas y sugerentes del Camino de Santiago: Nuestra Señora de Eunate (1170), sencilla, original y misteriosa.
Cuadrillas de artesanos románicos, como los de la fábula, se desplazaron por el norte peninsular levantando una red de iglesias a lo largo del Camino de Santigo.
Y en algunas, la originalidad de algún maestro, dará como resultado un mito constructivo que será admirado en tiempos futuros.
Sin madrugar, sin prisas, abandonamos el pirineo navarro. Atrás quedan días de monte y luz, de caminatas por frondosos bosques, de ascensos rápidos y largos ruteos por carreteras reviradas.
De camino a casa, la visita a una de las edificaciones románicas más misteriosas del Camino: Eunate.
En Mururzábal (Valle de Valdizarbe), en la ruta tolosana del Camino de Santiago, y poco antes de que ésta confluya en Puente la Reina con la procedente de Roncesvalles, se alza solitaria pero imponente la iglesia de Santa María de Eunate, un raro, bello y sugerente ejemplo de arquitectura románica.
Su origen no está claro. Algunos historiadores barajan la posibilidad de que fuese obra de los templarios y hospital de la orden de San Juan, mientras que la tradición popular atribuye su construcción a una reina o señora, cuya sepultura yace bajo las piedras, para que fuese capilla funeraria.
Declarado monumento nacional.
La armonía de la planta octogonal queda rota por el ábside pentagonal y una torrecilla de planta cuadrada adosada en el lado de la epístola. En los muros exteriores se alternan ventanas caladas y ciegas y dos puertas de acceso, la del norte frente al Camino, muy decorada, y otra más sencilla hacia poniente.
En el ábside, de gran riqueza arquitectónica y forma semicircular, se encuentran los elementos esculturales más antiguos de la iglesia.
Se aprecian dos alturas y en cada ángulo se superponen dos columnas. La sobriedad del interior es sólo aparente, ya que las columnas poseen hasta 26 capiteles decorados. La bóveda octogonal está sustentada por 8 nervios con ángulos diferentes, lo que evidencia que los ocho lados del templo son diferentes.
Está circundada por una hermosa galería porticada de 33 arcos, con capiteles decorados.
Contemplando su arquería exterior, se podría llegar a pensar, que tuviese un carácter procesional a la manera de un claustro.
Eunate en euskera significa "cien puertas" en alusión directa a la arquería que rodea el perímetro de la iglesia.
Coronando la cubierta del espacio principal se yergue una pequeña espadaña triangular abierta en dos huecos de campanas.
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