Allá por el 90.
Cuando vivíamos en Soria, más concretamente en Los Rábanos.
La travesía que unía las máximas alturas de la provincia. Un recorrido desde el puerto de Piqueras hasta la cima de Urbión. Un recorrido que precisaba de la colaboración de otros amigos: Jose para acercarnos hasta Piqueras y el Mendez que nos recogería en la Laguna Negra.
Durante dos jornadas, compartimos esfuerzos, risas, soleaduras y momentos ante el fuego, con Paco y Charo.
Nos gustaba salir a dormir. El inconveniente de unas mochilas tan pesadas, quedaba contrarrestado con el numero de horas que podías disfrutar en el monte. Campear, ver como el sol varia su luz, recorrer distancias que te permiten ver nuevos paisajes. Y al atardecer, gastar los últimos rayos de sol mientras preparas la tienda y te sientas ante un fuego.
Unos veinticinco años han pasado desde aquellos días. Aquellos parajes que tantas veces recorrimos en pequeñas excursiones, hoy me resultan totalmente ajenos. De Paco y Charo apenas tenemos noticias (alguna llamada en navidad para felicitar las fiestas y poco más), el paso de los años ha cubierto de hierba el camino de la amistad.
Apenas trato las diapos escaneadas. Podría intentar mejorarlas, pero ese efecto ruido y desenfoque, junto a nuestra vestimenta le confiere un aire vintage.
La primera vez que Cruz y yo accedimos a esta cima, estaba plagada de moscas y nos obligaron a abandonarla.
Laguna Urbión.
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