Conocíamos la existencia de este joven de 1er invierno en el puerto de Exmouth.
Nos sorprendió la tranquilidad del ave, pensando en la cantidad de ornitólogos que habrán pasado para observarla y fotografiarla.
Largo camino le queda por recorrer para llegarse a sus lugares de cría por encima del círculo polar.
En todo momento le vemos aislado, sin juntarse con otras gaviotas, lo que nos impide comprobar su gran tamaño.
El ave se encuentra afectado por parásitos alrededor de su ojo. Se ven en las fotos que le realizamos en la tarde, mientras que las de primera hora de la mañana, apenas se contemplan.
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