Ver un grupo tan numeroso de cisnes parece algo natural en las orillas de Slapton Ley.
Pero nosotros que somos de Castilla y León, lo más cercano a estos animales eran las formas de los carretones de algún tiovivo, donde montábamos de pequeños.
Todo nos sorprende con estas aves: la indiferencia cuando nos acercamos, la rapidez con la que se desplazan por el agua, sus movimientos elegantes, y la fiereza con los perros que se aproximan más de lo recomendable.
Aprovechamos siempre que podemos para fotografiarles al finalizar el día, cuando la luz pierde fuerza y los tonos se adormecen.
En más de una ocasión, me entran ganas de estirar la mano y sentir el tacto sedoso del plumaje de su cuello. Seguramente, si lo hiciera, lo que sentiría sería un fuerte picotazo.