Montes Tijera por Sierros Negros


30/03/2019
Trato de encontrar similitudes entre los Sierros Negros de Mirantes de Luna con los Sierros Negros de Vegacervera, con los situados entre el Alto de Palombero y el Alto de la Albazosa en las cercanías de Redilluera, o los Sierros Negros babianos emplazados en la Sierra de la Serrona.

Aparte de la lección de geografía, no llego a percatarme de algún matiz que haga que todos esos altos puedan tener el mismo nombre. Y más que similitud, encuentro diferencia, en cuanto que los Sierros Negros de Mirantes tienen sobre su superficie uno de los pocos bosques de sabinas que podemos encontrar por León.

Aparco el coche frente a la entrada de las instalaciones del Club Náutico de León. Oculta por unos árboles, entre contenedores de basura y bastante mierda, duermen las ruinas de la que en su día fue la iglesia de Mirantes de Luna. Y frente a su puerta un estupendo ejemplar de tejo.

En la trasera de la iglesia comienza el camino que hoy voy a seguir para alzarme en la cumbrera de Sierros Negros. Un sendero pedregoso asciende sin miramientos por entre un bosque de sabinas a cada cual con formas más atrevidas. 

Alcanzado el collado el camino comienza a descender y es cuando lo abandono hacia la cima. Es en este punto cuando me vuelvo para contemplar los alrededores del embalse y de sus cimas aledañas. Y al frente, aún en la lejanía, la cima rocosa de los Montes Tijera.

La cumbre de Sierros Negros da paso a la arista que me conduce hacia el valle por el que desciende el arroyo de la Tijera. Un valle largo y tachonado por ejemplares de sabinas que sube de forma gradual hacia el puerto de la Cuencha, la entrada natural a los Corrales del Conde, vega de altura situada en la cara norte de los Tijera.

No entro por el puerto de la Cuencha, ya que me resulta más sencillo alcanzar directamente la cima de los Tijera por la arista.

El día no esta de lo más católico y nubes bajas difuminan el paisaje. Aún así, consigo identificar las cimas del Feliciano y de los Amargones que pateé hace apenas una semana.

De la cima desciendo a los Corrales del Conde hasta encontrar una brecha apropiada que me permita cruzar hacia las Vegas del Palomar, los pastizales de la cara sur de los Tijera.

En las Vegas del Palomar me encuentro con la pista que sube desde las inmediaciones del desvencijado camping de Mirantes y que recorre todo al valle de Borbusende hasta estas vegas.

Un recorrido sorprendente, al creer que toda esta zona se encontraba repoblada por pinos y ver que sobre la ladera soleada lo que me encuentro es un continuo bosque de robles.

Cierro el círculo caminando por carretera hacia el Club Náutico, todo él bien ordenadito y limpio, ya que para dejar la mierda tienen la iglesia al otro lado de la carretera.



Los Barrios de Luna.
El embalse de los Barrios de Luna desde uno de los miradores. A la izquierda destaca la punta del Pico de la Cruz (que buenas vistas al embalse y a las montañas vecinas) y a la derecha la loma de Sierros Negros totalmente tachonada de sabinas.
Con más detalle los Sierros Negros, que hoy recorreré alcanzando su punto más alto para desde él acceder al valle del arroyo de la Tijera.

Entrada al Club Náutico de León.

Photoshop me ayuda a tratar la foto y eliminar toda la basura que rodea y afea los alrededores de la iglesia y el tejo.
Caminando por Sierros Negros.



Al frente las cimas de la Peña de las Arregueras y la Peña el Salto. En un plano superior la Peña Cabrones.
Hojas y frutos de la sabina.

La cumbrera de los Sierros Negros.
Vista atrás.
La cima de los Tijeras.
De nuevo vista atrás.
He superado los Sierros Negros y he entrado en el valle del Arroyo de la Tijera. Un valle limpio, sin apenas cotoya (aliagas, escobas) y con gran cantidad de sabinas dispersas.
Al fondo del valle se encuentra el puerto de la Cuencha y a la derecha de este las cimas de los Montes Tijera.

El arroyo de la Tijera desagua por el estrecho que se ve en la foto.
El puerto más próximo.
A punto de alcanzar la cima, por encima de los puertos ya comienzan a verse las cimas cercanas del Feliciano y los Amargones.
La cima de los Montes Tijera.
Y las montañas que guardan sus alturas y valles entre las tierras de Gordón y las del Luna.
Una visión a vista de pájaro de las Vegas del Palomar a las que descenderé.


Las vegas del Palomar.



El arroyo de Borbusende.
Los Tijera por el valle de Borbusende.
El Club Náutico y los Sierros Negros.


Peñas del Prado "Lago de Luna"


Los paredones de la ladera sur de Peñas de Prado vistos desde la Meloita.

27/03/2019
El valle de Casares es como un Shangri-La. 

Es posible que sus vecinos no vivan en una felicidad permanente, ni están aislados del mundo exterior (salvo algunos días por efectos de alguna gran nevada y algo por el pésimo estado de su carretera), pero lo que no cabe duda que este valle guarda y alberga uno de los paisajes más bucólicos de la provincia.

Esbeltas cimas calizas despuntando sobre un valle verde, que comienza a despertar del letargo invernal, y un embalse de aguas azules que engrandece el cuadro.

El valle de Casares lo tiene todo: ascensiones, escaladas, paseos, rutas en bici y hasta una estupenda ferrata.

Hoy nos acercamos hasta el fondo del valle para ascender a las Peñas del Prado, inmenso murallón calizo que alberga un gran número de vías de escalada.


Croquis de la vía Lago de Luna sacado de la página de El Maquis.
De la experta mano de Toño, que me guía por esos caminos verticales, experimentamos sensaciones dispares mientras vamos desentrañando los pasos de Lago de Luna, un recorrido que busca las debilidades de la pared para ganar la cima.

La cima, ya con las luces debilitadas, nos muestra estas tierras similares a Shangri-La, donde tanto nos gusta volver.