El osoooooooo


Foto: Martín Rey

8/10/2017
En un lugar del Alto Sil, la concentración de coches hace prever que algo esta a punto de suceder.

Y sucede. 

Alguien da la voz de alerta y todos lanzamos nuestros prismáticos y catalejos hacia el punto que indican.

Un tímido oso  sale del bosque y se hace visible para las cuarenta o cincuenta  personas que hemos aguardado pacientemente este momento. Es el primer oso de la tarde, el más atrevido, que osa salir a zona abierta en busca de aliento. Lentamente, comiendo todo lo que encuentra a su paso, va recorriendo el arco que se abre a nuestra visión. Pero antes que desaparezca en el bosque, alguien ha vuelto a alzar la voz: otro oso.

Y nuestras miradas se alzan en busca del nuevo plantígrado. En esta ocasión es un ejemplar sediento que ha bajado al río a calmar su sed. Antes recorre la orilla en busca del mejor paso y aprovecha un grueso árbol para rascarse el lomo.

El programa de recuperación del oso pardo ha dado su fruto en estos valles del Alto Sil. Bosques mixtos, de una espesura que no pensábamos que ya pudieran existir, dan cobijo a un número cada vez mayor de osos. Poblaciones que según parece (y lo vemos en estas tardes de otoño, donde es posible contar hasta nueve ejemplares) dan pie a pensar que empiezan a ser demasiado grandes.

De momento esta tarde disfrutamos de la visión del oso pardo.





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