Canal de los Payuelos




31/08/2016
Una salida mañanera por el Canal de los Payuelos.

-Vale la pena cargar la bici y recorrer algo más de 30 km hasta Valdepolo para darse una vuelta con la bici?

-SI!!!!!

La vía de servicio que recorre el canal, te permite rodar con la tranquilidad de que no te adelantará un coche pegado a ti, que no te cruzarás con un grupo de bikers que piensan que el carril bici es de ellos, o enfollonarte en una discusión con los múltiples caminantes que prefieren tentar el riesgo de ser atropellados por una bici.

Y si como es mi caso, decides darte una patinada, los Payuelos es el lugar ideal.

Al final un paseo de unos 22 km, que en mi caso me dejan para el arrastre.














Falaropo picofino y fumarel aliblanco.




21/08/2016
Cuando le comento a Javi que hemos ido a ver un Falaropo picofino, me dice lo de siempre: te inventas los nombres.

El nombre es difícil de recordar, no así el apellido, que lo distingue fácilmente de su primo el pricogrueso, o de su otro primo el tricolor.

Ya sobre la mesa, cuando te pones a leer algo sobre esta curiosa ave, encuentras el sentido a su nombre.  Falaropo proviene de la unión de las palabras griegas phalaris (focha) y pous (pies), «pies de focha», en referencia a la similitud de los pies de las tres especies de falaropos con los de las aves del género Fulica.

Desafortunadamente no llegamos a ver a el falaropo fuera del agua. Únicamente en la foto que abre este reportaje podemos ver sus patas, pero sin detalle.

Unos días de mar y sol por las playas de Cabo de Palos y La Manga, hace que Martín se entere de la existencia de un falaropo picofino en las Salinas de San Pedro.

Que Lo Pagan no sea un lugar indiferente para nosotros, unido a la posibilidad de nadar en la piscina natural tan inmensa que hay junto a la zona de los barros, nos lleva a las salinas en busca del picofino.

Según aparcamos junto a las salinas, nos topamos con un pajarero que nos señala donde se encuentra el falaropo.

Un ave muy particular, ya que perteneciendo al grupo de los limícolas, no obtiene su alimento recorriendo y picoteando los margenes del agua. Los falaropodos se alimentan mientras nadan, picoteando los pequeños insectos que encuentran flotando sobre las aguas.

Otro de sus rasgos diferenciadores es su dimorfismo sexual inverso, que se caracteriza por la diferencia de sus plumajes nupciales y por su infrecuente método de emparejamiento, en el que muchos de los roles sexuales están invertidos, recayendo sobre los ejemplares machos las tareas de incubación de los huevos y cuidado de los pollos hasta su emancipación.

Según llegamos a las salinas el Piccofino se encuentra alejado, en la orilla opuesta, realizando pequeños vuelos y alimentándose. Pero al poco para y se pone a descansar flotando. 

Las pequeñas olas que hay en las salinas se encargan de acercarlo hacia la posición donde nos encontramos.

Será Martín el que consiga hacerle todas las fotos que hay en el report, ya que nosotros, pajareros de pacotilla nos encontramos sin cámara y sin prismáticos.











Será el pajarero que nos indicó donde se encontraba el falaropo, el que nos diga que uno de los fumareles que sobrevuelan las salinas es un fumarel aliblanco.

Un nuevo BIMBO.

Con plumaje de invierno, aún conservaba el pecho con puntos negros.

Escaso tamaño para estas aves que realizan grandes desplazamientos migratorios. 













El Campillo (Boca de Huérgano)






11/08/2016
Sin madrugar, sin prisas nos encaminamos hacia Boca de Huérgano.

Queremos conocer uno de esos sitios que desde hace bastante tiempo tenemos en la carpeta de pendientes y que resulta muy recomendable para un día soleado y caluroso como el de hoy.

Desde las inmediaciones de Boca, cruzamos el puente y nos introducimos de lleno en el bosque de  El Campillo, una gran mancha de arbolado donde predomina el robledal.

El camino muestra lo seco que está resultando el verano. Aún así el bosque mantiene el frescor y nos permite disfrutar del paseo.

Salimos del bosque y decidimos proseguir hacia el Pozo de los Lobos. Pero como en un principio no pensamos salir del bosque, no tenemos claro por donde tirar. Por tanto nos conformamos con ver las espléndidas vistas que tenemos del embalse y las montañas de Riaño y damos la vuelta para ir a comer a Boca.

Aprovechamos para acercarnos hasta el Mirador del Oso y más tarde rutearemos por los espacios del lobo y del gato montes.