Maidencombe



De nuevo en "el camino costero", por los acantilados rojizos al norte de Torquay.

Nos sorprende el bosque que cruzamos para alcanzar el camino.

Este, será lo mejor del día. Por la frondosidad, por la altura de los árboles, por el tapiz que recubre los muros de roca.

En cambio, el camino nos resultó soso y aburrido. Un pasillo entre vegetación, por el alto del acantilado, sin vistas y sin posibles alternativas de descenso a las playas.










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