Peredilla




9/03/2011
Recuperada del baúl de los recuerdos.

Llegan las tres de la tarde y aún no he decidido por donde gastaré la tarde.

A última hora surge la idea del Peredilla. Una cima desconocida, cercana y con poco desnivel.

Tres de la tarde. Pistoletazo de salida. Cambio de ropa, recoger la mochila y pitando hacia Genicera.

Aparco y veo la situación. Un día despejado y nieve en las cimas. Sin apenas "maturranga" (en esas fechas no conocía esa palabra) es fácil alcanzar la arista. Paso a la vertiente norte donde una lengua de nieve me lleva hasta las inmediaciones de la cumbre. Solo resta hacer el esfuerzo de auparse a la base del canuto.

La vista hacia los valles es buena, la línea de cumbres del Sáncenas impresiona, pero la vista hacia el Cueto Cabañas resulta exultante con la infranqueable peña del Rubio. Un monolito que no deja ver ninguna vía asequible para su ascenso.

Poco resta para que las líneas de sombras alcancen la horizontalidad y no es bueno que a uno le pille la negrura por estas alturas. Por ello desciendo rápido al valle, a Genicera.